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El fiscal pide 16 años de cárcel a dos acusados de asesinato

El fiscal reclama 16 años de cárcel para dos polacos a los que acusa de asesinar a un compatriota el domingo 22 de febrero de 1998 en un piso del número 3 de la calle de Miguel Mayor (Carabanchel). Los acusados -Marzín Struzin, de 26 años, y Mariusz Kwapisz, de 25- dispararon supuestamente un tiro en la boca a Marian Klapka, casado y padre de un bebé de 15 meses. Murió en el acto. Iban acompañados de otras dos personas (una, asesinada tras salir de prisión en libertad provisional por este crimen, y otra, que se halla en paradero desconocido).El fiscal no aclara en su escrito el móvil del crimen. El abogado de la víctima apunta como móvil probable una discusión previa entre los acusados. Describe que los encartados y la víctima estuvieron juntos el sábado 21 de febrero en Alcalá, adonde se desplazaron en un Audi. En esta ciudad se produjo la primera discusión entre ellos, hasta el punto de que Kwazpisz y Kwarta (asesinado tras salir de la cárcel) regresaron a Madrid en el coche sin esperar a los otros dos, que volvieron en autobús. Ya de madrugada, todos se vieron en casa de Klapka, la víctima, donde se inició otra discusión por no haberles esperado y tener que coger el autobús dos de ellos. Durmieron ahí esa noche y al día siguiente, domingo, los cuatro se dirigieron a una plaza de Aluche. De vuelta a casa, los acusados reprocharon a Klapka su inhibición en una pelea que habían tenido en el citado parque.

Klapka, dueño del inmueble, les echó de casa para que no molestasen con las voces a su hija, de 15 meses. Se inició entonces otra discusión que Klapka, según esta versión, zanjó golpeando en la barbilla a Struzik.

Esa tarde, cerca de las ocho de la noche, vecinos del inmueble vieron entrar en el domicilio de la víctima a Struzik y a Kwapisz. Abrieron la puerta de un disparo en la cerradura, entraron al salón, donde Klapka veía la televisión echado sobre un sofá, y le descerrajaron un disparo en la boca, según el fiscal. En ese momento se hallaban en la casa, aparte del bebé, un hermano y un amigo de la víctima.

El abogado de Kwapisz reclama al juez que ponga en libertad provisional a su cliente, lo mismo que se ha hecho, dice, con el otro acusado, Struzik. Asegura que su cliente "no participó" en el crimen. Llama la atención de este letrado que, pese a estar el hermano y amigo de la víctima en casa, "con la puerta de sus dormitorios abiertas", ninguno hiciese nada por evitar el disparo. Y que los asesinos no les eliminasen también a ellos.

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