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Pobres a la espera de petróleo

Si Timor Oriental alcanza la independencia será uno de los países más pobres del mundo. Sus montañosos 14.600 kilómetros cuadrados (un poco más grande que la provincia de Burgos) acogen a unas 850.000 personas, analfabetas en un 60%, con una renta per cápita estimada de 200 dólares. Algunos analistas han calculado que el presupuesto de un Timor Oriental independiente rondará los 120 millones de dólares (unos 18.000 millones de pesetas), la mitad de los cuales deberán ser sufragados por la comunidad internacional.El territorio fue colonia portuguesa durante más de 350 años, mientras que el resto del archipiélago era colonia holandesa. Para los indonesios estaba tan claro que Timor Oriental no era cosa suya, que los nacionalistas que lucharon por la independencia contra los holandeses nunca combatieron a los portugueses. La situación cambió drásticamente tras la revolución de los claveles, en 1974. El desordenado proceso de descolonización luso hizo temer a la anticomunista Yakarta de Suharto que el Fretilín (Frente Revolucionario para un Timor Independiente) instalara un régimen marxista en pleno archipiélago indonesio. Eran los tiempos de Vietnam, y Washington también tembló. De ahí la invasión de 1975, precedida por una guerra civil alentada por Yakarta, y la anexión de 1976.

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Portugal apenas hizo nada por el territorio durante su dominación, fuera de explotar sus cafetales, enviar misioneros y convertirlo en lugar de destierro. Indonesia, que levantó escuelas y hospitales y abrió y asfaltó carreteras, no ha conseguido ganarse a una población a la que su Ejército ha tratado a degüello. Mario Carrascalão, gobernador de 1982 a 1992, considera plausible la cifra de 100.000 timorenses muertos por la ocupación.

Además del café, Timor Oriental tiene madera de sándalo, e ingentes cantidades de mármol y minas de hierro y manganeso. Pero todas las esperanzas de los independentistas están puestas en los yacimientos de gas y petróleo en el mar que comparten con Australia. Hasta ahora han dado muy poco: el año pasado, Indonesia y Australia sólo recibieron 1,1 millones de dólares por los derechos de explotación de esos pozos.

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