Ruiz-Gallardón reclama al Gobierno central la gestión de la red de cercanías de Renfe

El Gobierno regional quiere tener capacidad de decisión sobre los 293 kilómetros de la red de cercanías de Madrid. La idea del presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón, del Partido Popular, no consiste en pedir la transferencia del servicio, sino que explora en el arte de la sutileza: la Administración central seguiría como titular de las líneas férreas, mientras que la Comunidad de Madrid pasaría a hacerse cargo de la gestión de la red. Los gobernantes regionales están convencidos de que esta fórmula, hasta ahora inédita en España, serviría para agilizar la toma de decisiones en lo relativo a la construcción de nuevas estaciones o a la inversión en material móvil.

Ruiz-Gallardón ya ha dado los primeros pasos para conseguir este cuasi traspaso de los ferrocarriles de cercanías, una faceta del transporte público que, por ahora, le es completamente ajena. La operación se encuentra todavía en fase embrionaria, según admiten fuentes conocedoras de estas gestiones, pero lo cierto es que el presidente regional ya se ha sentado a hablar con el ministro de Administraciones Públicas, Ángel Acebes, para exponerle sus teorías sobre cómo mejorar la gestión ferroviaria en Madrid.El presidente dio las primeras pistas ayer, aprovechando una visita protocolaria a las obras de enterramiento de la línea férrea a su paso por el centro de Getafe (144.000 habitantes). Aseguró Ruiz-Gallardón que su deseo era el de "asumir la gestión, los proyectos de inversión, el crecimiento y la ampliación ferroviaria", una serie de aspectos para los que no es necesario, a su juicio, que la Comunidad madrileña se erija como titular del servicio.

"Nosotros creemos en la administración única, en un concepto moderno de Estado, y en ese concepto no es necesario que la titularidad pertenezca a una administración para que asuma una serie de responsabilidades", adujo.

Detrás de esta cautelosa petición se encuentra, probablemente, el deseo del Gobierno madrileño de no desencadenar un frente de batalla por culpa de las infraestructuras ferroviarias, un valor genuinamente estratégico desde la perspectiva estatal. La Generalitat de Cataluña ha solicitado al Estado en más de una ocasión, sin éxito, el traspaso de los trenes de su Comunidad. Si Madrid propusiera una transferencia de la Administración central a la autonómica, es muy probable que otras autonomías, empezando por las históricas, reaccionasen de una forma parecida casi en cuestión de horas.

Experiencia acreditada

Por ello, la propuesta que Ruiz-Gallardón ha hecho llegar al ministro Acebes opta por hilar muy fino. El máximo mandatario regional argumentó ayer que las inversiones de su Gobierno en infraestructuras (la ampliación del metro y, ahora, el metrosur) suponen una experiencia que avala la pretensión de gestionar también los trenes de cercanías. A fin de cuentas, los usuarios son los mismos -con independencia de que el titular del servicio sea la Comunidad o la Administración general del Estado-, y el metrosur multiplicará la interacción entre metro y cercanías, ya muy presente en multiestaciones como Vallecas y Príncipe Pío.La comparación entre las evoluciones del metro y las cercanías desde la llegada del PP al Gobierno regional, en 1995, resulta harto significativa. A lo largo de este cuatrienio, la Administración regional ha puesto en funcionamiento 55 kilómetros de suburbano, con más de 30 nuevas estaciones y la primera incursión de la red (Rivas y Arganda) fuera de la capital. Los trenes, en cambio, siguen pasando exactamente por los mismos municipios que entonces, a la espera de que se concluya la prolongación de la red a Alcobendas y San Sebastián de los Reyes. Este proyecto se ha demorado tanto, que el alcalde de Alcobendas llegó a reclamar una línea de metro a Ruiz-Gallardón.

Durante este periodo, la gerencia de cercanías estudió intercalar hasta seis nuevas paradas en los tramos de vía ya existentes, pero tampoco ha llegado a concretarse, de momento, ninguna de estas posibilidades.

En cuanto al soterramiento de las vías a lo largo de Getafe, los mandatarios regionales y municipales, que sufragan la obra a partes iguales, confirmaron que ésta se encontrará acabada durante la primavera del 2000. El coste estimado de la operación sobrepasa ya los 8.000 millones, frente a los 7.049 que se habían calculado en un primer momento.