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Los Ángeles prohíbe la gran feria de armas del oeste de EE UU

A falta de iniciativas concretas de las autoridades federales, las ciudades de Estados Unidos siguen poniendo en práctica medidas para contrarrestar la plaga de las armas. El condado de Los Ángeles acaba de prohibir que vuelva a celebrarse en su territorio la llamada Gran Feria de Armas del Oeste, considerado el mercado ambulante más grande de EE UU para estos mortíferos productos. La Gran Feria se celebraba cuatro veces al año, en fines de semana, y atraía a decenas de millares de vendedores y compradores. Las autoridades locales de California prosiguen así su pulso con la Asociación Nacional del Rifle, que dirige el actor Charlton Heston.Angustiados por la multiplicación de tiroteos como el que este mes protagonizó el neonazi Buford Furrow en una guardería judía de Los Ángeles, y desilusionados por la incapacidad del Congreso de EE UU para dificultar el acceso de los particulares a las armas, los californianos están prohibiendo mercados ambulantes como la Gran Feria de Armas del Oeste o los llamados Saturday Night Specials.

En los últimos meses, numerosas ciudades de EE UU han emprendido demandas judiciales contra los fabricantes y vendedores de armas, reclamándoles daños y perjuicios por los costes que los tiroteos producen a la sanidad pública. Pero a esta iniciativa, semejante a las acciones de los poderes públicos contra las tabacaleras, se añaden otras de carácter más práctico.

2.200 pistolas menos

El Ayuntamiento de Washington está cosechando un gran éxito con su programa de compra de armas de fuego a particulares. El martes, las comisarías de la capital de EE UU ya habían recuperado algo más de 2.200 pistolas, revólveres, fusiles y metralletas. Los funcionarios pagaron a cada ciudadano 100 dólares (unas 15.800 pesetas) por arma entregada, fuera cual fuera su antigüedad y estado, y, como habían prometido, no hicieron preguntas.El dinero con el que la ciudad de Washington está pagando esta cosecha de armas procede del efectivo incautado a los traficantes de drogas. Dado el éxito de la iniciativa y ante la escasez de fondos municipales, las autoridades de la capital han encontrado la ingeniosa fórmula de utilizar el fondo del dinero negro incautado a los vendedores de estupefacientes ilegales.

Cada año, la policía de Washington se hace por ese procedimiento con unos 800.000 dólares en metálico (unos 126,5 millones de pesetas). Hasta ahora, las autoridades han pagado 225.000 dólares (35,5 millones de pesetas) a los ciudadanos, que han hecho cola ante las comisarías con sus armas envueltas en bolsas de plástico o de papel. A diferencia de otras ciudades, el Distrito de Columbia, el nombre de la municipalidad de Washington, prohíbe la posesión de armas a sus habitantes, así que todas las recogidas estos días son ilegales.

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