Publicado un libro del siglo XVIII que revela algunas claves del toreo

Precisos manejos y progresos del arte del toreo es una obra fundamental para conocer la tauromaquia de esa época, caracterizada por el cambio. El repliegue del toreo caballeresco coincide entonces con el tránsito hacia la institucionalización del toreo a pie. Su autor, José Daza, era ya un torero de renombre hacia 1745. La obra data de 1778. Por esa misma época, Daza debió de ofrecer a Carlos III el manuscrito que hay en la Biblioteca del Palacio Real de Madrid. La Universidad de Sevilla y la Real Maestranza de Caballería de Sevilla acaban de publicar el libro, que había permanecido inédito hasta ahora. Rogelio Reyes Cano y Pedro Romero de Solís se han ocupado de la edición. Alberto González Troyano se ha encargado de escribir la introducción."El libro sólo se conocía por extractos que sacó Cossío en su obra. Circulaban sólo dos manuscritos. Había una edición anterior que fue publicada en los años cuarenta, pero sólo recogía la mitad del libro", explica Romero de Solís, mientras recalca que la obra de Daza es fundamental para conocer "la época oscura de la tauromaquia". "Es un periodo en que se abandonan las formas caballerescas y tampoco se ha inventado la corrida clásica que tenemos en este momento", dice Romero de Solís. "Había dos tendencias en el siglo XVIII. La escuela navarro-aragonesa, en la que primaba la espectacularidad. Y la andaluza, que, sobre todo, ya buscaba el enfrentamiento cuerpo a cuerpo, limpiamente con el toro, a muerte", agrega. "Los toros del Norte eran más pequeños, más ágiles. Se prestaban mucho mejor a las ingeniosidades y juegos. El toro del Sur era más corpulento y de embestida más fija y se prestaba más a esa lidia estática y en el sentido que hoy comprendemos el toreo", comenta Romero de Solís. Daza era varilarguero, una figura que desempeñó un papel de tránsito entre el anterior caballero y el posterior picador. El varilarguero ejerció, así, una importante influencia en los cambios llevados a cabo en el siglo XVIII. El libro es también valioso por el origen social de Daza, puesto que hay muy pocos testimonios de autores que no procedieran de la nobleza.

El libro está inflamado por el espíritu de la Ilustración. Daza pretendió defender el prestigio del toreo y poner de relieve su valor ante la historia, la economía y la agricultura.