El muro de la ignominia
Leo en la portada de su periódico del 17 de agosto que Ceuta levanta ya otra valla, cuyo coste supera los 8.000 millones de pesetas, para frenar las entradas ilegales: mayor resistencia, 17 torres de control, escollera artificial, etcétera.Creo recordar que hace escasamente dos semanas todos los informativos de la Unión Europea se conmovían ante la muerte por congelación de dos niños guineanos en un avión; dicho de otra manera, dos entrada ilegales en Bélgica. Algunos de los países del grupo de Schengen, al que España pertenece, proponían entonces, en un arrebato de mala conciencia, aumentar las partidas de ayuda al desarrollo.
La noticia que leo hoy en primera página me parece surrealista, por no decir indecente. Supongo que los economistas de nuestros Gobiernos neoliberales y neosocialistas saben mejor que yo todo lo que se puede hacer más allá de Ceuta con 8.000 millones de pesetas: hospitales, campañas de vacunación, escuelas, viviendas dignas, campañas de educación de las mujeres... Y espero que sepan también que nada, absolutamente nada, podrá detener esa riada de desdichados que seguirán llegando, privados de toda dignidad e identidad, e incluso congelados o ahogados.
Al muro de Berlín se le llamó Muro de la Vergüenza, y sólo pretendía separar dos ideologías antagónicas. ¿Qué nombre le daríamos a este muro que estamos levantando en un continente que ni siquiera es el nuestro y que sólo pretende proteger a los ricos de la invasión de los desposeídos? ¿Qué opción nos queda en el momento de votar, ante la indiferencia de todos los partidos políticos, ante el consentimiento de todos nuestros gobernantes? Y una última pregunta: ¿qué trámites hay que hacer para desapuntarse de ser europeo? Me pido la primera en la cola.- Profesora de español.
