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Ankara destituye por incompetencia a los gobernadores de las tres provincias más devastadas

Las epidemias amenazan a los cientos de miles de damnificados por el terremoto de Turquía

Juan Carlos Sanz

ENVIADO ESPECIALEl centro de crisis del Gobierno de Ankara reconoce ya más de 12.000 muertos y 42.000 heridos por el seísmo que el martes devastó el noroeste del país y que, según calcula Naciones Unidas, lleva camino de convertirse en la mayor catástrofe de la historia turca, con hasta 40.000 víctimas mortales. Las quejas de los damnificados sobre la inoperancia de las autoridades ya ha provocado la destitución de los gobernadores de las tres provincias más afectadas por el seísmo. Ahora se trata de evitar la propagación de epidemias, una vez que ya han aparecido los primeros casos.

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Fuentes de la Administración turca citadas ayer por el diario en lengua inglesa Turkish Daily News aseguran que el Gobierno ha destituido a los gobernadores de las provincias de Izmit, Sakarya y Yalova, las más afectadas por el terremoto, por su incompetencia a la hora de coordinar la ayuda a los damnificados y las operaciones de rescate de las víctimas. El Ministerio del Interior turco ha enviado a altos cargos de ese departamento para asumir la dirección de los centros de crisis en esas provincias. El mismo periódico aseguraba también que los fallos de comunicación y de coordinación entre las autoridades civiles y el Ejército ocasionaron un retraso de al menos 48 horas en la movilización de unidades militares.Mientras, los primeros casos de disentería provocados por el hacinamiento, las elevadas temperaturas y la falta de agua potable hacen temer que los damnificados por el terremoto de Turquía se vean amenazados por una ola de epidemias. Los servicios de emergencia turcos y los equipos de ayuda internacional han comenzado a instalar grandes campamentos de tiendas de lona para dar cobijo a los cientos de miles de personas que han perdido su hogar -que llevan ya cinco días a la intemperie-, mientras las autoridades han ordenado una masiva campaña de desinfección. Los cadáveres rescatados de entre las ruinas son enterrados en fosas comunes, con urgencia y sin ceremonias, para evitar la propagación de enfermedades por la descomposición de los restos humanos. Las evaluaciones de la prensa turca sitúan en 35.000 el número de posibles desaparecidos tras el terremoto. Hasta el portavoz de Gobierno turco, Sukru Gruel, se sumó al pesimismo que vive el país, a pesar del rescate de una decena de supervivientes que habían quedado sepultados entre los cascotes. "Tememos que la cifra de muertos pueda alcanzar cifras jamás vistas en la historia de Turquía", advirtió.

Lluvias amenazantes

Muchas zonas de las provincias de Izmit, Sakarya y Yalova continúan sin agua potable ni electricidad, en tanto que las grietas que presentan los edificios que siguen en pie atemorizan a sus habitantes, que prefieren seguir hacinados en los parques de las poblaciones a la espera de que los técnicos determinen si sus casas aún son habitables. Además, la previsión de lluvias en la región a partir de mañana puede agravar la situación.La alarma cundió de nuevo ayer en la refinería de la compañía petrolera Tupras, situada en las cercanías de Izmit, cuando se reavivó el incendio que se creía extinguido la noche del viernes. Las autoridades dijeron que el fuego estaba controlado, ya que los técnicos de la empresa estaban quemando el combustible de un depósito para evitar su vertido al mar. Los expertos turcos predicen un desastre ecológico en la bahía de Izmit.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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