El Gobierno de la ciudad autónoma confía en una solución de última hora
La visión que tienen los partidos que gobiernan en Ceuta sobre la resolución del conflicto creado por la moción de censura es bien distinta a la que reflejan sus portavoces nacionales. Tanto el PP como el PSOE confían aún en que una actuación judicial pueda suspender el pleno del próximo día 24, aunque reconocen que el margen de maniobra es escaso. Las reuniones entre ambos partidos para analizar las posibilidades de que eso ocurra son constantes.Todos están convencidos de que el Gobierno hará todo lo posible para impedir que el GIL gobierne a partir del próximo día 23. Sin embargo, la ministra de Justicia, Margarita Mariscal de Gante, descartó que exista alguna posibilidad jurídica para impedir que se celebre ese pleno, informa Europa Press. Pero la gran mayoría de responsables políticos ceutíes están convencidos de que hay suficientes indicios de delito como para que un juez determine la suspensión cautelar del pleno.
Aluden a una sentencia del Tribunal Supremo de 1994, en la que se determina que no es necesario que exista un intercambio económico para que produzca el delito de cohecho. Basta con que se demuestre que alguien haya intentado sobornar a un edil para que se aprecie el delito. La sentencia se refería al llamado caso Calviá, un municipio de Mallorca en el que quedó probado que dos militantes del PP intentaron comprar a uno del PSOE. Todas las fuentes consultadas consideran probado que ese intento ha existido, ya que Susana Bermúdez, aseguran, contó a muchas personas que el GIL le había ofrecido 75 millones por hacer que cayera el Gobierno de Jesús Fortes, del PP.
Mientras, los ánimos comienzan tímidamente a caldearse en la ciudad. Para contribuir a ello, uno de los diarios locales, El Pueblo, titulaba ayer su primera página con sólo dos palabras y enormes letras: "Alarma social". Casi todos los actuales dirigentes políticos están convencidos de que el GIL va a "arrasar" con los proyectos que la ciudad tenía en marcha.
Además de los conflictos que pueda provocar el Gobierno del GIL entre la población musulmana, uno de los asuntos que más preocupan a los dirigentes de Ceuta es la manera en la que el grupo GIL acostumbra a tratar las arcas municipales.
La Asamblea de Ceuta está en situación de equilibrio presupuestario, y todos temen que, para financiar los faraónicos proyectos del GIL, sus responsables endeuden tanto al Ayuntamiento que no se pueda recuperar hasta pasado mucho tiempo. Según aseguran, eso es exactamente lo que ha sucedido en lugares como Estepona, donde un hijo de Jesús Gil ha gobernado durante los últimos cuatro años.
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