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Una lección de perseverancia

Lleva 13 años sin poder impartir la docencia en la Universidad, pero su caso se ha convertido en una clase magistral de perseverancia. Hace 20 años que Maria dels Àngels Adrià Casas entró en la Universidad de Barcelona (UB) como profesora ayudante, con un contrato que desde entonces se le renueva anualmente. El 16 de abril de 1986 tuvo la oportunidad de acceder a una plaza fija de profesora titular en la Facultad de Farmacia. Se presentó a la oposición y el tribunal que la examinó la propuso en firme para el departamento de Química-Física. Tres meses más tarde, la Secretaría General de la UB estimaba el recurso de dos competidores de Adrià en base a la inexistencia del preceptivo informe razonado del tribunal evaluador. Adrià se quedó sin plaza. La vida profesional de Maria dels Àngels Adrià se truncó, inmersa a partir de ese momento en una batalla personal ante la administración universitaria y la justicia ordinaria. Siguió como profesora eventual, pero dejó de dar clases, "marginada" en una plaza que nada tiene que ver con su especialidad y trasladada a la Universidad Politécnica de Cataluña gracias a un convenio financiado por la UB que sólo le afectaba a ella. El último capítulo de su historia ha sido la reciente admisión a trámite por parte de la sección cuarta del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) de un recurso de revisión extraordinario de la sentencia que en 1992 dictó el Tribunal Supremo, que a su vez revocaba la decisión de 1988 de la Audiencia Territorial de Barcelona favorable a Adrià. El Supremo basó el fallo en que el tribunal de la oposición no realizó el informe en el que debía justificar su decisión y en que éste votó de forma diferente en los dos exámenes de que constaba la oposición. Efectivamente, los cinco miembros del tribunal emitieron tres votos a favor de Adrià en la primera prueba y cuatro en la segunda. La profesora muestra, indignada, las cartas que le han enviado catedráticos de toda España en las que le transmiten su sorpresa por tal argumento, ya que aseguran que es frecuente que las oposiciones se resuelvan sin que las dos votaciones sean exactas. Pero el tesón de esta profesora de 45 años la ha llevado ahora a conseguir nuevas pruebas de lo que considera una "confabulación" para quitarle la oposición. Adrià demuestra con papeles que el informe razonado del tribunal sí existió; "pero", según ella, "la Universidad lo hizo desaparecer para que el Supremo revocara la sentencia a mi favor". Avala su versión con un recibo oficial de la UB en el que se da fe de toda la documentación entrada en el registro en su día por el tribunal de la oposición, entre la que se señala el informe razonado correspondiente a cada una de las dos pruebas. El propio presidente del tribunal, el catedrático Serafín García Fernández -hoy jubilado- alertó desde el principio al rectorado de la existencia de dicha documentación. Hacía años que Adrià pedía una copia del acta de la comisión universitaria que revocó la plaza que inicialmente había ganado. "LLevaba 12 años buscando este papel y ahora lo he conseguido", dice Adrià. En el acta sólo consta la admisión a trámite de los recursos de dos profesores, pero no dice nada de que se hubieran estimado, como sí le indicó por carta a Adrià la entonces secretaria general de la UB, Encarna Roca. Adrià, que denuncia "una clara ocultación de pruebas", espera que ahora el TSJC le permita conseguir, 13 años más tarde, la plaza de profesora titular de la Facutad de Farmacia. Pero las calamidades de media vida de recurso en recurso la hacen ser precavida, sobre todo tras la "mala experiencia" con su primer representante legal, Juan José Folchi, hoy imputado en el caso KIO. Así, Adrià, que hoy estudia Derecho en la Universitat Oberta de Catalunya, ha remitido la documentación de todas sus peripecias legales a los profesores de la facultad para que la ayuden a ella y a su actual abogado de CC OO a enfrentarse con garantías al proceso abierto en el TSJC. Incluso ha entablado un debate con sus compañeros del campus virtual. El suyo es, sin duda, un caso de auténtico estudio.

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