Málaga la nuit
Vidal-Quadras ha sido sustituido al frente de la fundación ideológica del PP -¿iba a butano?-. El traje de flamenca, glups, debe de estar prohibido en muchos Estados de los USA
- Ésta es su vida. Martínez en la Feria de Málaga, hips, desde donde puedo afirmar y afirmo que: a) el butano sube hasta alcanzar estética de tarifa Villalonga de conexión a Internet; b) Vidal-Quadras ha sido sustituido al frente de la fundación ideológica del PP -¿iba a butano?-; c) en el Corte Inglés de Marbella (Málaga DF) se exhibe una exposición de diamantes -hay diamantes tan bestias que sólo los podría exhibir en público un levantador de piedras vasco y drag-queen-; d) el concejal de Urbanismo de Málaga asegura en el diario Sur que "no hay un modelo de ciudad cerrado, sino que se enriquece con opciones nuevas" -meditación: socorro, no hay modelo-; e)Speedy Villalobos visita -ándale-ándale- chorrocientas casetas de la feria nocturna, ensombreciendo el récord planetario de llamadas-a-la-puerta-con-sonrisa-non-stop, que poseía una vendedora de Avon con parálisis facial; f) éxito galáctico de la gala conjunta de Marifé de Triana, Pasión Vega y Gracia Montes, y que fue seguido con delirio por el público amante de la copla y por un estudiante de ortopedia que está escribiendo la tesis La faja y la respiración acelerada. En otro orden de cosas, ayer acuchillaron a un joven de 19 años que vendía patatas en la feria de noche, y hoy le he comprado un cuponcete a una señorita bella y ciega en la feria de día. En la frente del joven acuchillado y en la frente de la chica de la ONCE se podía leer que la vida no vale nada, pero que nada vale la vida. Somos espectacularmente frágiles.- Era de noche y, sin embargo, no llovía. Bueno. Me llevan a la feria del Real. Voy con un fotógrafo, a quien no paran de saludar chicas que llevan mi marca de ropa favorita -la marca Dossstallasmenos-. Meditación: si quiero comerme un rosco en Málaga, debería empezar por estrangular al fotógrafo. Sopla terral, un viento caliente que cuando te toca el rostro te hace poner rostro de jo, sopla terral. La Feria: adolescentes con el torso desnudo y haciendo ruido, adolescentas con el torso cubierto -y las rodillas aún inocentes, que diría Claudio Rodríguez-, haciendo ruido. Se supone que cuando se encuentran dejan de hacer ruido. Por el ruido que hacen se supone, a su vez, que el encuentro ése debe de ser en otro planeta. Grupos de chicas con el cartel de este-piso-se-vende. Grupos de chicos con el se-busca-piso-en-esta-zona. Parejas de novios abandonados a su propia velocidad. Las novias van vestidas de flamenca. A veces uno ve a alguna señorita con ese traje y comprende que, glups, ese traje debe de estar prohibido en muchos Estados de los USA. Señoras recién salidas de la pelu. Van más contentas que una anchoa. Niños con teletubbie. De vez en cuando te cruzas con un biznadero. Vende biznadas. Biznadas: flores de jazmín clavadas a un palito. Los palitos se clavan, a su vez, a una paleta de chumbera. Ver a un señor con una chumbera repleta de flores resulta muy tierno. Hasta que recuerdas que se gana la vida con una chumbera repleta de flores. En una caseta me encuentro con Antonio Romero, que está haciendo mojitos.
- Una metáfora. Intentamos hablar de la simpatía como programa político, especialmente en el sur del Sur. En eso viene un señor con sombrero cordobés de canto y un tanto alegre. Abrazos y, posteriormente, investigación del árbol genealógico de la familia del señor del sombrero cordobés. Un amigote mío, historiador, defiende que el antifranquismo estaba integrado por 30.000 personas. Este país es más simpático que épico, y los árboles genealógicos de la izquierda son muy enanos. Bueno. Resulta que el hermano del abuelo del señor fue el que le puso la peluca aquella a Carrillo. OK. Se va. Intentamos hablar. Vuelve. Que quiere una camiseta de la caseta. Se le remite a una ventanilla de camisetas. Intentamos hablar. Vuelve, que no se la dan. Romero va a hablar con el comisario de camisetas. Intentamos hablar. Vuelve, que quiere una camiseta para aquí su prima. Romero realiza aquí una autocrítica. Que no hay más camisetas, pollo. Intentamos hablar. El señor del sombrero cordobés vuelve. Pero que no se va sin el banderín del PC que hay encima nuestro. Y, alehop, se sube a mi chepa para cogerlo. No puedo hablar con su zapato en la boca, así que lo dejamos. Mañana más, amiguitos.
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