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Hezbolá responsabiliza a Israel del asesinato de uno de sus jefes en Líbano con una gran bomba

Un alto responsable del movimiento integrista chií Hezbolá (Partido de Dios) murió ayer alcanzado de lleno por la explosión de una bomba que estalló al paso de su coche por un barrio del este de la ciudad de Sidón, en el sur de Líbano. Según los servicios de seguridad libaneses, la carga explosiva pudo ser activada por control remoto, posiblemente desde aviones israelíes que, según testigos, sobrevolaban la zona en el momento del ataque. Hezbolá, organización proiraní, juró que vengará esta muerte. Aviones israelíes bombardearon anoche territorio libanés.

El coche BMW del comandante de Resistencia Islámica (brazo armado de Hezbolá) Ali Diab, de 40 años -y conocido también por el apodo de Abu Hasan Jodr Salame-, quedó destrozado por la explosión que lo hizo saltar por los aires. No era la primera vez que Jodr Salame sufría un atentado. En 1996, durante la campaña militar israelí conocida como Uvas de la Ira contra la guerrilla en el sur de Líbano el coordinador de operaciones de Hezbolá salió ileso del ataque con un misil disparado desde un helicóptero israelí. El misil mató a dos acompañantes de Ali Diab. Hezbolá responsabilizó de inmediato al primer ministro israelí, Ehud Barak, al que ha calificado de "terrorista número uno" y prometió venganza. "Este crimen no pasará sin un castigo", dijo en unas declaraciones a la prensa en el lugar del atentado el responsable de Hezbolá en el sur de Líbano, el jeque Nabil Qaouq. La primera reacción fue un ataque con morteros contra la zona de seguridad, así llamada por Tel Aviv, que dejó un herido grave entre los milicianos proisraelíes. La respuesta llegó a las 23.00 horas (hora peninsular española), la aviación israelí lanzó más de 20 misiles aire-tierra contra poblaciones libanesas cercanas a la franja ocupada. Las autoridades libanesas no pudieron facilitar datos sobre posibles víctimas. El empleo de la fuerza aérea contra los dirigentes de Resistencia Islámica no es algo raro por parte de Israel, que anoche guardaba silencio sobre lo ocurrido. El más importante de los ataques acabó con la vida del secretario general de Hezbolá, el jeque Abbas Musawi. Fue el 16 de febrero de 1992. Musawi, su esposa, su hijo y cinco miembros de su escolta murieron cuando dos helicópteros salieron al paso de su caravana y la alcanzaron con al menos cinco cohetes. Hezbolá realiza la mayor parte de las operaciones de la resistencia libanesa contra el Ejército israelí en la franja de más de 1.000 kilómetros cuadrados que Israel ocupa desde 1978 en el sur de Líbano. En otro frente del conflicto árabe-israelí, el líder palestino Yasir Arafat, que ayer se reunió con el presidente egipcio, Hosni Mubarak, acusó ayer a Barak de poner obstáculos a la negociación y retrasar la aplicación del acuerdo de Wye.

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