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La oposición augura que el relevo de Pujol en CDC significará el fin de CiU

Enric Company

Basta que un dirigente de Convergència hable públicamente de la sucesión de Jordi Pujol, como anteayer hizo Artur Mas, uno de los aspirantes a ser su heredero político, para que la oposición se apunte al debate y lo interprete como una prueba más de que el pujolismo ha llegado a su fin. Y con él, la coalición CiU. Artur Mas, consejero de Economía, expuso anteayer que el relevo de Pujol al frente de su partido tendrá que plantearse la próxima legislatura. Aunque "sin prisas", afirmó. Pero para que comience la próxima legislatura faltan dos o tres semanas. Tan pronto como Pujol disuelva el Parlament y convoque las elecciones de otoño comenzará oficialmente la carrera para formar la candidatura de CiU, en la que, lógicamente, se prefigurará el futuro del partido. El socialista Higini Clotas, portavoz de su partido en el Parlament, subrayó ayer: "Es ya tan evidente para todo el mundo que Cataluña vive un final de etapa política que son los propios dirigentes de CiU quienes plantean el relevo de Pujol. Lo nuevo es que ahora lo plantean ya como un asunto inmediato". Distinta interpretación hizo el vicepresidente de Iniciativa-Verds (IC-V), Joan Saura. En su opinión, CiU ha decidido pedir a los electores "un voto por compasión al abuelo Pujol". Tras 20 años de estar en el Gobierno catalán, añadió, CiU no encuentra ahora mejor argumento electoral que destacar que Pujol "sólo pide cuatro años más y que no es cuestión de darle un disgusto a quien ha estado tantos años velando por todos". Saura se mostró convencido de que el relevo de Pujol al frente de su partido se planteará de forma distinta a como desean sus seguidores porque tras las próximas elecciones CiU "estará en la oposición y habrá desaparecido el cemento que mantiene unida a CiU como coalición". Unió es, según Saura, un partido con un fondo ideológico más consistente que Convergència y cuando Pujol deje de ser el líder de la coalición, los democristianos estarán mejor preparados que sus actuales socios para afrontar el futuro. Parecida opinión, aunque plazos distintos, expuso el líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Josep Lluís Carod. También a su juicio, Pujol es el "factor fundamental de cohesión que tiene CiU y cuando desaparezca se producirá un proceso de desagregación de siglas". Eso no significa que Convergència vaya a desaparecer en cuatro años, matizó, sino que se va a producir un terremoto en el sistema de partidos de Cataluña, cuyo resultado será a medio plazo que la herencia de lo que CiU ha sido durante 20 años recaerá principalmente en Unió, por la parte conservadora, y en ERC por "la parte progresista y soberanista". Entretanto, la función de CDC será durante un tiempo de "centro liberal" y "bisagra entre la derecha y la izquierda", vaticinó.

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