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Tesis sobre los derechos de autor de una fotografía

En fotografía, la ley española tiene sus paradojas. Una de ellas es que una foto, para ser considerada obra artística -y gozar por tanto de derechos de autor- debe ser original, meditada por el fotógrafo y no simplemente casual. Aplicando la norma a rajatabla, instantáneas como la del miliciano herido de Robert Cappa o el rostro del Che Guevara de Alberto Korda que está en todos los rincones del mundo, sólo serían meras fotografías: fueron hechas casualmente. Eso es lo que revela la tesis de Eva Valero, una profesora de la Facultad de Derecho de Granada. "El elemento verdaderamente identificador de las obras fotografícas es la originalidad", afirma Eva Valero. "Pero ese elemento, al mismo tiempo, es tremendamente incierto por la falta de precisión legal que existe", añade. La distinción entre una obra fotográfica y una mera fotografía, según la ley, es que la primera es una creación planificada, con decisiones tomadas por el autor (enfoque, luz, encuadre) y la segunda es sólo una instantánea tomada por alguien accionando el disparador de la cámara sin más. Entre esos dos extremos median el derecho a la propia firma, a la integridad de la obra, al cobro por su reproducción o, por el contrario, la nada. "La mayoría de las veces, en caso de conflicto, la decisión última corresponde al juez, que es quien establece si se trata de una obra fotográfica o una mera fotografía", explica Valero. Eso abre otra interrogante: queda al gusto del juez el que una imagen sea arte o no. Para Valero, por muy casual que sea una fotografía, siempre puede ser una obra de arte. "El fotógrafo, especialmente el fotógrafo de prensa, debe hacer decenas de elecciones en un solo instante: ahí está ya su originalidad y su creación". Según la tesis, llamada Obras fotográficas y meras fotografías, los derechos de autor de los fotógrafos hoy están muy consolidados y protegidos. Sólo existen los vacíos en torno a una definición exacta de la originalidad o la novedad. "Toda persona que haga una fotografía, sea profesional, aficionado, o un niño, por ejemplo, debe saber que su obra está protegida por la ley". Luego añade: "Pero aunque existe esa protección, el debate sigue abierto".

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