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CRISIS POLÍTICA EN CEUTA Y MELILLA

El padre de la tránsfuga de Ceuta revela que el GIL le ha prometido una consejería en el nuevo Gobierno

Ángel Bermúdez asegura que el marido de la diputada también ocupará una viceconsejería

El pacto entre Susana Bermúdez Paredes, la tránsfuga socialista de Ceuta, con el Grupo Independiente Liberal (GIL) está cerrado y presenta una difícil vuelta atrás. Así lo declaró ayer a EL PAÍS el padre de Susana Bermúdez, actual vicepresidenta primera de la Mesa de la Asamblea, que sorprendió el pasado martes con el respaldo al GIL para presentar una moción de censura contra el actual alcalde-presidente Jesús Fortes (PP). El acuerdo consiste en una consejería para Susana Bermúdez y una viceconsejería para su marido, Francisco Cazalla.El pacto implica que la diputada Bermúdez facilita el poder a los hombres de Jesús Gil a cambio de dos cargos -uno para ella y otro para su marido- que el PSOE le negó. Este acuerdo está supeditado a que ella apruebe los modos de gobernar del GIL. En caso contrario, dejaría la Asamblea para dar paso a una nueva moción de censura que permitiera recuperar el poder al actual Gobierno.

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Esta segunda parte del acuerdo, al que Susana Bermúdez llegó con el candidato del GIL por Ceuta, Antonio Sampietro, es analizado por el padre de la tránsfuga con un sórdido realismo: "Si en el futuro nos echáramos para atrás, no sé lo que sería de nosotros en manos de los mafiosos del GIL. Necesitaríamos protección y ni Joaquín Almunia, secretario general del PSOE, ni el partido nos la iba a poder proporcionar", señaló Ángel Bermúdez.

"Que no nos pase nada"

Este veterano socialista se enfrenta ahora a la encrucijada de apoyar a su hija -"siempre hemos compartido las desgracias y la felicidad"- en contra de sus propias convicciones ideológicas. "Si de mí hubiera dependido, mi hija nunca habría pactado con el GIL. Pero lo ha hecho", dice. "Así que ahora me aferro a una doble esperanza: que el pueblo de Ceuta llegue algún día a comprender que ella se está comportando así porque cree que es lo mejor para el bien de todos, y que si su alianza con el GIL al final no termina bien, que por lo menos ni a mí ni a ninguno de los miembros de mi familia nos pase nada".Este último deseo lo apoya el padre de la diputada tránsfuga en este convencimiento: "Gil puede ser un mafioso, pero muchos de sus hombres aquí en Ceuta son excelentes personas y prestigiosos profesionales, a los que conozco desde hace muchos años y con los que toda mi familia mantiene una estrecha amistad".

Esta compleja historia que lleva de cabeza a las direcciones del PP y del PSOE, que rechazan tajantemente la posibilidad de que Jesús Gil controle la frontera caliente de Ceuta, esconde un trasfondo de pequeños rencores acumulados a lo largo de los últimos años. La lucha por el poder entre las dos grandes familias socialistas que han dirigido el PSOE en Ceuta -los Bermúdez y los Cerdeira- alcanzó su momento de máxima tensión cuando tras pactar el PSOE y el Partido Popular los puestos de Gobierno en la actual Asamblea de Ceuta, Susana Bermúdez solicitó la Consejería de Educación para ella y la viceconsejería de Participación Ciudadana para su marido, Francisco Cazalla, un administrativo de bajo nivel retributivo del puerto, con larga experiencia en el movimiento vecinal.

El PSOE no sólo no se lo concedió, sino que otorgó dichos cargos a sus rivales políticos dentro del partido: la Consejería de Educación la ocupa actualmente Alfonso Cerdeira; su segundo es su propio cuñado, Francisco Bernal; y la vicepresidencia de Participación Ciudadana ha ido también a parar a manos de un hombre de los Cerdeira, Juan Gómez.

Días atrás, Carmen Cerdeira, hoy secretaria de Movimientos Sociales del PSOE y años atrás delegada del Gobierno en Ceuta, ya había expresado algunos temores sobre Susana Bermúdez, a la que calificó de "económicamente muy vulnerable".

Viejas heridas

Estos nombramientos, avalados por el secretario de Política Autonómica del PSOE, Ramón Jáuregui, que ha visitado por dos veces Ceuta tras las elecciones municipales del 13 de junio, se han sumado a las viejas heridas que el padre de la tránsfuga, Ángel Bermúdez, arrastra desde hace años, cuando el sector rival le pidió que abandonara el partido al detectar presuntas irregularidades económicas.La negativa de los Cerdeira a abonar el 20% de su salario a las arcas del partido ha sido, según Ángel Bermúdez, la gota que ha colmado el vaso del aguante de su hija. Ésta mantiene excelentes relaciones amistosas con diputados del GIL en Ceuta, quienes le ofrecieron insistentemente terminar con su malestar mediante la moción de censura fijada para el próximo día 23.

Las manifestaciones de disgusto que en las últimas semanas observaron tanto los políticos socialistas como los del PP en el comportamiento de Susana Bermúdez, que cada vez manifestaba más públicamente su complicidad con los hombres del GIL, derivaron en su presencia entre los diputados del Grupo Independiente Liberal en la procesión del Día de la Patrona de Ceuta, la virgen de África, del pasado 4 de agosto. En ese acto religioso Susana Bermúdez cerró los detalles del pacto con el GIL. Según recuerda su padre, esa misma noche le anunció su intención de no acudir al pleno del pasado lunes que aprobó la subida de sueldos de los miembros del Consejo de Gobierno, una medida con la que ella tampoco estaba de acuerdo. Tanto para Bermúdez como para su padre, tal decisión ha supuesto "un escándalo" que no han podido "digerir", ya que contravenía las directrices de Joaquín Almunia de que ningún cargo socialista aumentara su retribución a cuenta de las arcas públicas. "Llegó llorando a casa. Se tumbó en el sofá y no se movió hasta las cinco de la tarde. Entonces llamó a su marido y me dijo un escueto me marcho". Así recuerda Ángel Bermúdez el momento en el que su hija se dirigió a la sede del GIL para reunirse con Sampietro, que la estaba aguardando con el texto de la petición de moción de censura ya redactado y un notario a su lado para dar fe pública de ello, como establece la ley.

Mientras tanto, durante toda la jornada de ayer, los dirigentes locales del PSOE, Juan Hernández, y del PP, Jesús Fortes y Emilio Carreira, ajenos por completo a los detalles del pacto entre Bermúdez y el GIL, seguían a rajatabla las directrices de las direcciones de su partido: guardar las formas, no descalificar a la tránsfuga e intentar convencerla, a través de su padre, de que se abstenga en la moción de censura del próximo día 23. Unos y otros mostraron ayer su esperanza de conseguir un acuerdo. Así se lo manifestó a ambos Ángel Bermúdez, quien les prometió que mediaría con su hija. Sin embargo, ni lo intentó, según reconoció él mismo a EL PAÍS.

Oculta en la Costa del Sol Susana Bermúdez sigue desde la tarde del pasado lunes en un lugar de la Costa del Sol que sólo conocen su marido y los hombres del GIL. Su marcha de Ceuta se produjo en uno de los últimos ferry que enlazan con Algeciras (Cádiz), después de firmar su deseo de pasar al Grupo Mixto y apoyar la moción de censura.

Tenía las maletas preparadas, recogió a las dos niñas y pidió a su marido que la dejara en el barco. Una vez en Algeciras, alguien la recogió y la llevó al lugar en el que va a permanecer hasta dentro de una semana. Los dirigentes locales del PSOE y del PP aseguran que el GIL la mantiene oculta en una urbanización propiedad de su presidente. El padre de la tránsfuga no lo confirmó, pero sin embargo comentó: "Dadas las circunstancias, lo más lógico es pensar que está con la gente del GIL". Sólo su marido ha podido hablar con ella: "Las niñas están bañándose en la piscina y están pasándoselo bomba". Es la única frase que ha trascendido de esta mujer desde que revolucionó con su decisión la vida política de la ciudad autónoma de Ceuta.

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