La crisis del pollo

El precio del pollo lleva semanas bajo mínimos. A pesar de que la demanda se está recuperando, el precio no lo hace al mismo ritmo. La semana pasada se situó en el nivel más bajo de los últimos 20 años: el pollo amarillo vivo cotizó en la lonja de Bellpuig (Lleida) a 45 pesetas el kilo.Para el sector, del que viven unas 80.000 familias en España, "es un auténtico desastre", señalan fuentes de Asaja. En las últimas semanas, el precio se ha situado un 20% por debajo de los costes de producción, costes que este año han aumentado por la sequía, y la consiguiente escasez de cereales, explica un portavoz de Asaja.

Lo que ya se conoce como la crisis del pollo se vio agravada en junio por el escándalo de los pollos belgas contaminados con dioxinas. En la primera semana de junio, la demanda de carne avícola cayó un 40%. No obstante, se ha ido recuperando desde principios de verano.

El presidente de la Asociación Nacional de Productores de Pollos (ANPP), Federico Félix, explica que en verano la demanda de pollo aumenta entre un 10% y un 15%, pasando de 20 millones de kilos semanales a 22 o 23 millones. "La demanda nacional se recuperó a principios de julio", señala Félix. "La diferencia que aún existe respecto al año pasado se debe a los veraneantes extranjeros, pero esperamos que su consumo también se recupere".

La ANPP estima que el precio del pollo en venta al público tenderá a subir en los próximos días desde las 100 pesetas actuales hasta las 140 pesetas el kilo. Sin embargo, el esperado repunte de los precios podría moderarse debido a que a finales de agosto saldrán al mercado los pollos que se congelaron hace un mes por el exceso de demanda.

Coincidiendo con esta situación, el pasado 10 de agosto se declaró un incendio en una granja de pollos de Riudoms, en Tarragona, en el que murieron 7.000 aves. La Guardia Civil ha abierto una investigación para determinar las causas del siniestro.