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Emma Suárez se convierte en guerrillera en la última película de Sergio Cabrera

"Golpe de estadio" es un retrato surrealista sobre la paz en Colombia

Cristina Galindo

"Contra el horror, humor". Esta frase del subcomandante Marcos, dirigente del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, ha inspirado la última película del director Sergio Cabrera (Medellín, 1950), que se estrena el viernes. Golpe de estadio es una alegoría, en tono de comedia, sobre la situación política de Colombia, un país sumido en una guerra interna en la que los intereses extranjeros juegan un papel determinante. La actriz Emma Suárez se mete en la piel de una guerrillera en esta coproducción de Italia, Colombia y España, que también protagonizan César Mora, Nicolás Montero y Raúl Sender.Golpe de estadio es una película cargada de ironía que defiende que la paz puede llegar a Colombia de cualquier manera, incluso de la mano del fútbol. Fase eliminatoria del Mundial de 1994. Los habitantes de un pueblo del sureste colombiano sólo tienen una televisión para ver el enfrentamiento entre las selecciones de Colombia y Argentina. Y, por supuesto, nadie se quiere quedar sin ver el partido. Guerrilla y militares pactan entonces una tregua, a espaldas de sus jefes, para verlo juntos. El encuentro llevará a las partes en combate a conocer al enemigo, que resultará más cercano de lo que creían.

Los 45 actores que intervienen en Golpe de estadio no convivieron con la guerrilla para preparar la película, pero contaron con los consejos de un ex guerrillero, Sergio Cabrera. El director de La estrategia del caracol muestra lo absurdo del conflicto y, para ello, no recurre a grandes ideales, sino a algo tan mundano como el fútbol. "Si un partido puede traer por unas horas la paz, ¿por qué sigue el conflicto?", se preguntó ayer Emma Suárez.

La actriz interpreta a una curtida luchadora especializada en explosivos: "Es una mujer comprometida, educada desde niña para la guerra". Hasta tal punto lleva la causa en la sangre que su tío es uno de los mandamases de la guerrilla.

La otra aportación española es la de Raúl Sender, que interpreta a José Ozú, un torero que existió en la realidad. "Es el típico pícaro que se lleva el dinero", contó el actor. José llega con su carromato al pueblo para traer un poco de diversión a los soldados, es decir, mujeres y bebida.

No sólo los pillos sacan partido de la guerra. La película critica la actitud de los traficantes de armas y de las empresas extranjeras, interesados en perpetuar el conflicto, e incluso provocarlo, para conseguir sus objetivos.

Cuando Golpe de estadio se estrenó en Bogotá en diciembre pasado, Sergio Cabrera recibió en su país críticas tanto de la derecha como de la izquierda. Y eso que el cineasta -que es diputado y vicepresidente del Congreso colombiano- había pedido permiso a las partes para llevar a cabo la película.

Cabrera recibió amenazas durante el rodaje. "El peligro se respira en la calle; los extranjeros no podíamos viajar en coche, sólo en avión; había demasiadas posibilidades de ser secuestrados", dijo Sender. "Lo peor de todo es que te acostumbras, íbamos al cine y llevábamos una vida relativamente normal; eso sí, nunca podías atravesar los límites", añadió Emma Suárez, que se ha empapado de historia colombiana para hacer la película. "Pero, por encima de todo, lo que más nos ha impactado ha sido el nivel de pobreza del país", concluyó la actriz.

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Sobre la firma

Cristina Galindo
Es periodista de la sección de Economía. Ha trabajado anteriormente en Internacional y los suplementos Domingo e Ideas.

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