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La mitad de los rumanos abandona Madrid justo antes de su realojamiento

La peripecia de las familias gitanas rumanas expulsadas de Malmea por las instituciones ha dado un nuevo e inesperado giro. El pasado fin de semana, 200 de los 350 inmigrantes (el 60%) que iban a ser realojados a partir de hoy en cuatro campamentos de tiendas de campaña han abandonado Madrid. En el asentamiento del camino de San Roque (Fuencarral), donde viven estas familias desde el 10 de julio, ayer sólo quedaban 200 personas (150 incluidas en los planes de realojamiento y otras 50 excluidas por haber llegado después de elaborarse el censo del núcleo).Los inmigrantes que permanecían ayer en San Roque explicaban que los 200 desaparecidos han viajado a Valencia, Alicante y Barcelona para vender revistas de indigentes como La Farola o La Calle a los veraneantes que abarrotan la costa. "Madrid se ha quedado vacío en agosto; somos demasiados rumanos vendiendo revistas y no ganamos dinero. Así que algunos se han marchado por unos días, pero volverán. Si empiezan a llevarnos a los campamentos avisaremos por los teléfonos móviles a los que se han marchado", concluyen.

Pero los responsables de Cruz Roja y Comisión Católica de Migraciones, las dos ONG encargadas del trabajo social con estos inmigrantes, matizan que aquellas familias que permanezcan más de tres días fuera de San Roque perderán sus derechos a un realojamiento temporal.

"Consideraremos que ya tienen recursos para salir adelante y quedarán fuera de los programas de alojamiento y apoyo social", apostillan las ONG. "Ellos ya conocen que ésas son las normas necesarias para realizar un trabajo social serio", añaden.

Los rumanos, sin embargo, hacen oídos sordos a las advertencias de que debe existir una continuidad en la estancia en el campamento.

Los trabajadores sociales de Cruz Roja explican que el sábado al mediodía, cuando se marcharon de San Roque, todavía no había comenzado el éxodo. Pero ayer por la mañana se llevaron la sorpresa de su vida al descubrir que la población del núcleo se había reducido a la mitad.

El personal de Cáritas que cada mañana, desde hace una semana, lleva a 30 niños de 4 a 12 años a una escuela de verano en Cercedilla, también se quedó con la boca abierta: al autobús sólo subieron 10 chiquillos; el resto se había esfumado.

PASA A LA PÁGINA 3

Los rumanos ignoraban que hoy empezaba su traslado a los nuevos campamentos

VIENE DE LA PÁGINA 1 La espantada de la mitad de las familias rumanas ha dejado estupefactas a las instituciones que tenían ya elaborado el calendario de realojamientos y decidido el destino de cada una de las familias.Para hoy estaba previsto llevar a 81 inmigrantes al campamento construido en la cañada de los Canteros (Vallecas Villa), pero de ellos sólo quedan 33. Para el jueves estaba planeado el traslado de otros 91 rumanos a la Ciudad Escolar de San Fernando (Fuencarral), y de ellos quedan 56, y la semana próxima serían realojados 80 en el camino del Espìnillo (Vicálvaro), de los que se han marchado 52. Aun así, ayer tarde, Cruz Roja mantenía su plan de iniciar hoy el traslado a la cañada de los Canteros.

Las familias rumanas que han abandonado San Roque, igual que las que se han quedado, conocían los planes institucionales de trasladarles a cuatro asentamientos. Incluso algunos habían escuchado en la televisión que la operación podría desarrollarse del 11 al 13 de agosto, es decir, esta misma semana. Pero nadie les había comunicado de forma oficial que hoy estaba previsto comenzar la operación, según afirman los propios inmigrantes y corrobora Cruz Roja.

"No hemos querido avisar del día de la mudanza con antelación para evitar la llegada de nuevas familias. Es impredecible, ahora el campamento de San Roque está a media asta, pero lo mismo en unas horas empiezan a regresar las familias porque se enteran de que comienzan los realojamientos", reflexionaba Fermín Rodríguez, responsable de Cruz Roja. "Ha sido todo tan rápido que no sabemos ni qué hacer", añade.

Cruz Roja y Comisión Católica recomendaron a las instituciones el realojamiento de estas familias en campamentos vallados de tiendas de campaña por considerar que, dado su carácter nómada, se arreglarán mejor en ellos que en albergues.

Los rumanos permanecerán en dichas barriadas por espacio de tres meses, tiempo durante el que las dos ONG desarrollarán con ellos tareas de apoyo social para favorecer su integración. Vencido el plazo, se decidirá el futuro de cada familia según su nivel de inserción.Unos deberán retornar a su país y otros se quedarán en España "por razones humanitarias". Ahora son inmigrantes irregulares.

La previsión es que en cada asentamiento no vivan más de 90 personas, y por eso se buscaron cuatro solares. Pero, al quedar ayer sólo 150 inmigrantes de los 350 previstos, sobrarían dos campamentos.

Los campamentos ya construidos son el de la cañada de los Canteros, situado en las cercanías del vertedero de Valdemingómez y junto a un poblado chabolista, y el de la Ciudad Escolar, bien comunicado y levantado entre un centro de refugiados y otro de menores. El del camino del Espinillo, construido en un secarral próximo a una mina de sepiolita, estará listo la próxima semana.

San Roque es el cuarto campamento previsto. En él llevan ya un mes, desde que el 10 de julio, dos días después de su polémica expulsión de Malmea, el Ayuntamiento de Madrid les trasladase allí "para 72 horas". Estaba previsto habilitar este cuarto núcleo para 93 personas una vez que los otros tres estuviesen habitados. Pero ahora podría dejar de ser necesario.

Cada uno de estos núcleos ha costado 12 millones de pesetas a la Comunidad de Madrid, que es quien los ha levantado en los terrenos municipales.

En cada uno de ellos está previsto que trabajen un trabajador social, tres mediadores y cinco monitores. Están formados por prefabricados para cocinas, comedor y servicios y una tienda de campaña para cada familia.

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