La auditoría confirma el desvío de créditos del FMI en Rusia
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha publicado íntegramente en su página de Internet el informe hecho por PriceWaterhouse Coopers (PwC) sobre las relaciones entre el Banco Central de Rusia y la firma Fimaco (Financial Management Company Limited). El informe confirma que la entidad emisora rusa desvió durante años billones de pesetas al paraíso fiscal de la isla de Jersey, en el Reino Unido. El dinero enviado al extranjero se componía de parte de las reservas de divisas y de créditos otorgados por el FMI.El dinero que Rusia desviaba a Jersey, engañando al FMI y a la comunidad financiera internacional, luego era repatriado por Fimaco, firma rusa creada en 1990, e invertido en bonos del Estado a corto plazo. Las ganancias así obtenidas fueron utilizadas, entre otras cosas, para financiar la campaña electoral de 1996, según reconoció recientemente el gobernador del Banco Central, Víktor Gueráshchenko.
El informe de PwC no hace más que confirmar lo que ya se sabía y lo que había denunciado el fiscal general Yuri Skurátov en el mes de febrero, poco antes de que fuera suspendido de sus funciones por el presidente Borís Yeltsin. Skurátov abrió una causa sobre el desvío de fondos, pero ésta no ha conducido a nada.
Los dirigentes actuales y anteriores del Banco Central han tenido que reconocer esas operaciones realizadas en su época en el más estricto secreto, pero niegan haber caído en malversación de fondos, que es por lo único que se les podría juzgar.
El dinero regresaba a Rusia a través de dos entidades que pertenecen al Banco Central de Rusia -Eurobank, con sede en París, y Eurofinance, con sede en Moscú- para ser invertido en bonos del Estado, mercado altamente especulativo que se desplomó en agosto de 1998. El negocio era redondo: Fimaco daba un interés del 5,5% a los depósitos, mientras que los intereses en el mercado de los bonos estatales llegaban al 200%.
Nikolái Gonchar, diputado independiente que desde hace meses viene denunciando las manipulaciones hechas por el Banco Central, considera que sólo en 1996 las ganancias así obtenidas pueden haber sido de 1.000 millones de dólares. La incógnita es quién se benefició de ellas.
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