JOSÉ LUIS FIGUEREO EL BARRIO "Soy el último nostálgico del rock andaluz, pero miro hacia adelante"
Comenzó acompañando cuadros flamencos a la guitarra, pero era consciente de sus talentos y no lo pensó a la hora de embarcarse en una aventura con sello propio. Así fundó el gaditano José Luis Figuereo el grupo El Barrio, y con el mismo desparpajo ha logrado hacerse un hueco en el panorama musical, gracias a una curiosa mezcla de flamenco, ritmo latino, pop y rock andaluz. Este verano recorre Andalucía junto a los veteranos de Triana Pura, con la gira promocional de su tercer disco, Mal de amores, que es el espaldarazo a una carrera prometedora. Pregunta. ¿Quiénes son los vecinos de este Barrio? Respuesta. Bueno, yo me crié en el barrio de Santa María, el de la alegría, el del encanto. Concretamente en la Casa de los Tres Patios, calle Botica, 29, frente al lugar donde nació Chano Lobato. Todo eso inspiró este otro Barrio, el que suena ahora. Mi primo Diego y yo comenzamos a tocar en un grupo llamado Soniquete, hacíamos nuestras canciones y ensayábamos en un lavadero hasta que decidí hacer mi grupo, mi propio Barrio; un Barrio en el que, como en Santa María, se van echando abajo casas viejas para construir otras nuevas, pero que sigue siendo flamenco... Aunque a los niños ahora les metan en los oídos a los Backstreet Boys. P. ¿Hace falta editar tres discos para demostrar que un artista va en serio? R. Pienso que sí. El primero fue una ilusión. El segundo, un afianzamiento. El tercero recoge un sello personal, reconocible para los que nos siguen. Y ahora, a por el de oro. P. En Mal de amores hay una lograda versión de Triana que dedica a Jesús de la Rosa. ¿Se considera el último abanderado del rock andaluz? R. Es una fórmula que sigue funcionando. Hace poco tocó por aquí Triana, de cuya formación original ya sólo queda Tele, el batería, y sigue llenando en sus conciertos. Alameda ha celebrado su veinte aniversario con un disco en directo de mucho éxito, al que fuimos invitados. Y Medina Azahara sigue también en la brecha, aunque se haya decantado por un rock más duro. Más que abanderado, soy el último nostálgico de un movimiento, una época que se borró, pero soy consciente de que tengo que mirar hacia adelante. P. ¿Cómo se las arregla para dar su sitio a los maestros? R. Intento siempre mantener una raíz auténtica, no desviarme de un camino que tengo muy claro. En mis discos siempre necesito meter algún palo flamenco, unos tanguitos, unas bulerías, sin ojana de ninguna clase. P. ¿Sabía que Mal de amores es el título de una novela de Ángeles Mastretta y de una comedia de Balagué? R. No. El mal de amores está presente en la vida de cualquiera. Y hay un remedio para el que lo sepa buscar.
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