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EH retorna a su estrategia de no condenar los actos violentos

Euskal Herritarrok (EH) regresó ayer a su política de aislamiento y de no condenar los actos violentos. La junta de portavoces del Ayuntamiento de Barakaldo (Vizcaya) condenó, con el apoyo de todos los partidos (PSE-EE, PNV, PP e IU-EB), salvo EH, el ataque con bombas incendiarias que en la noche del jueves perpetró un grupo de encapuchados contra la sede del PP y el Palacio de Justicia de esta localidad.El acuerdo aprobado por la corporación municipal "apuesta decididamente por que la paz se asiente en el ejercicio de los derechos democráticos", expresa la solidaridad con el PP y muestra su "repulsa hacia aquéllos que cometen estos sabotajes y a los que no condenan estas actuaciones y basan su estrategia política en el miedo y la coacción de la libre convivencia ciudadana".

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Ante este documento, la portavoz municipal de EH, Eider Casanova, aseguró que el PP, con el respaldo del PSOE, está ejerciendo "una violencia permanente en contra de la mayoría del pueblo vasco". Así, tan solo mostró su solidaridad con Mario Ronco, el único detenido por los sucesos de Barakaldo, al que calificó de "víctima inocente de un conflicto que él no ha provocado".

EH reiteró su empeño decidido de "avanzar hacia un nuevo escenario político, en el que las divergencias puedan dirimirse exclusivamente por vías pacíficas y dialogadas", para lo que considera "necesario un compromiso de todas las partes para aceptar la voluntad democrática del pueblo vasco".

"Zancadillas a la paz"

El presidente de los populares vascos, Carlos Iturgaiz; el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Euskadi, Manuel María Zorrilla, y Emilio Olabarria, vocal del Consejo General del Poder Judicial, también estuvieron ayer en Barakaldo.

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Tras visitar las instalaciones de su partido atacadas, Iturgaiz afirmó: "[Arnaldo] Otegi y la Mesa Nacional de HB continúan poniendo zancadillas al proceso de paz porque siguen siendo un partido antidemocrático, con unos dirigentes que no condenan la violencia y que apuestan, como todos sabemos, por justificarla". Iturgaiz calificó la situación de Herri Batasuna, cuya marca electoral es EH, como de "tragedia" y lamentó que el PNV siga ensalzando al verdugo y criticando a la víctima. Un comentario, puntualizó, que debe tener muy en cuenta el lehendakari, Juan José Ibarretxe, al que acusó de gobernar con quien no condena la violencia.

Por su parte, Zorrilla manifestó que, aunque los jueces están en la obligación profesional de soportar estos ataques, esperan que este acto [el de Barakaldo] sea el último que se produzca.

Este argumento fue compartido por Olabarria, quien dijo que estas maniobras en nada merman la independencia del poder judicial. Olabarria, que calificó este tipo de atentados como violencia residual, pidió a los políticos prudencia en sus reacciones.

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