El pelotón de la Clásica de San Sebastián superará con creces al del Tour

Los mejores corredores del pelotón ciclista internacional, con la duda del italiano Marco Pantani, estarán el próximo 7 de agosto en la salida de la Clásica San Sebastián-San Sebastián, la única prueba del calendario nacional valedera para la Copa del Mundo. Competirán el podio del Tour al completo (Armstrong, Zülle y Escartín), Ulrich, Jalabert, Olano, Virenque, Boogerd, Vandenbroucke (actual líder de la Copa del Mundo), Museeuw y el último vencedor de la prueba, Francesco Casagrande. En total, 25 equipos compuestos por ocho miembros engrosarán el pelotón de 200 corredores que mejoran notablemente el nivel de la ronda francesa. A falta de una semana para que comience la prueba, el interés se centra en si Marco Pantani portará el dorsal 201 que le ha reservado la organización, lo que supondría su regreso a la competición tras el caso de dopaje en el que incurrió en el último Giro. En la visita que giraron los organizadores a la grande boucle, el director del equipo Mercatone aceptó de buen grado matricular a Pantani en la Clásica, aunque su participación, que en estos momentos parece poco probable, se decidirá a última hora en función de su forma física. El tradicional recorrido de la prueba, con sus 230 kilómetros por Guipúzcoa y el alto de Jaizkibel, reservándose el papel decisivo de la carrera en su último tramo (a falta de 30 kilómetros), apenas sufre alteraciones, a no ser por la subida al alto de Azkarate desde Getaria (en 1998 se subió desde Zarautz) y porque recupera el Boulevard donostiarra como el punto de llegada. La promesa de Armstrong El vencedor del Tour de este año, el norteamericano Lance Armstrong, tiene una curiosa anécdota con la Clásica donostiarra. Su debut profesional fue precisamente en esta carrera, en 1992 (ganó Alcalá), y llegó en la última posición. Fue tal el trato recibido por el público y la organización, que al cruzar la meta prometió volver e intentar ganar la Clásica. Tres años después, alzó los brazos victoriosos en la llegada del Boulevard donostiarra.