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Tribuna:verano 99
Tribuna
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La elección de película

A la hora de hacer la maleta fotográfica es fundamental elegir bien la película con la que se va a fotografiar y tener en cuenta la sensibilidad -desde 25 a 3.200 Asa-; no se pueden matar mosquitos a cañonazos. No es necesario, en principio, sacrificar la resolución utilizando películas de 400 u 800 Asa, porque se pierde definición -a mayor sensibilidad, menor resolución-, se aumenta innecesariamente el contraste, el grano aumenta y la línea de la separación de los colores no será nítida. Las películas de alta sensibilidad sólo son recomendables para circunstancias de escasez de luz, y, si es posible utilizar un trípode, mejor. Hay que tener en cuenta también la hora de fotografiar. No es lo mismo el amanecer o el atardecer, que el mediodía con el sol en el cénit y creando unas sombras horrendas. El amanecer tiende a tonos fríos y, sin embargo, serán cálidos al atardecer. Las sombras son maravillosas. Por contraste, el mediodía, cuando todo el mundo hace fotos, es el peor momento para fotografiar. Es mejor dejar la cámara a no ser que manejemos bien el flash. Contrariamente a lo usual, el flash sirve para modular las sombras cuando hay mucha luz cenital o de fondo. En las vacaciones, sin embargo, se puede elegir la luz , si es posible el atardecer, y dará una calidez al color si utilizamos película de alta resolución, esto es, de baja sensibilidad. Un descubridor de la luz como Pérez Siquier utiliza prodigiosamente la sensibilidad de la película para conseguir justo lo que quiere. Sabe comprimir los elementos de un fotograma para crear una atmósfera densa y cerrada. Nada es gratuito y se respira libertad creativa a raudales, como en esta huidiza foto realizada en 1962 en Tabernas (Almería), que permite verla muchas veces y cada vez inquieta más. Comentarios: pjulia@elpais.es

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