Prisiones
En su editorial Prisiones en riesgo, del pasado 18 de julio, se dice que el Gobierno, tras optar por un modelo penal y penitenciario basado en condenas más largas, "luego no ha sido consecuente con su opción penitenciaria". En efecto, tal opción requiere "más inversión en infraestructuras y en personal" y, afirma el editorial, esa inversión no llega o llega con retraso. Algunos datos y precisiones ayudarán al lector a juzgar sobre el acierto de sus reflexiones:1. Entre 1995 y 1999 se han creado 10.080 nuevas plazas, en ejecución del Plan de Amortización y Creación de Centros Penitenciarios, mientras el número de internos se mantuvo constante entre ambos años, e incluso actualmente es inferior al de 1994.
Además, este plan fue modificado en 1998, proyectándose la construcción de 24 centros de inserción social, precisamente destinados al cumplimiento de las penas alternativas a la privación de libertad que establece el Código Penal de 1995. Todo ello ha llevado al Parlamento Europeo a afirmar, en un informe de diciembre de 1998, que España y Suecia son "ejemplo de países que han hecho esfuerzos para mejorar las condiciones de vida en las cárceles". Así hay que interpretar las palabras del ministro del Interior, calificando de "modélica" la situación penitenciaria española.
2. En los últimos tres años se ha producido un incremento del 12% de la plantilla de los centros penitenciarios, lo que ha permitido llegar a una ratio de 2,1 interno por funcionario en 1999.
3. Ello no quiere decir que un sector como el penitenciario, cuyas necesidades de recursos dependen de múltiples y complejas variables, ajenas en la mayor parte de los casos a la propia gestión penitenciaria, admita constantes mejoras. Prueba de ello es que durante los últimos tres años se haya logrado casi duplicar el nivel de actividad laboral de los internos, se hayan multiplicado los recursos destinados a formación profesional ocupacional, se hayan iniciado programas de orientación laboral o se hayan generalizado los tratamientos de atención a drogodependientes.
Todo ello insistiendo en que los objetivos de la política penitenciaria, de los cuales el primordial es el de la reinserción, están predetermi- Pasa a la página siguiente Viene de la página anterior nados legalmente. De igual modo, el número de reclusos de una sociedad está en función de las conductas que la propia sociedad criminaliza a través de las leyes penales aprobadas por sus representantes en el Parlamento.- del . Madrid.
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