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Tres musulmanes españoles 'desaparecidos' en 1996 están encarcelados en Argelia

Sus familiares denuncian la falta de ayuda de Asuntos Exteriores para localizarlos

En la relación de los presos españoles en cárceles extranjeras que comunica de vez en cuando Asuntos Exteriores no figura ninguno en Argelia. Desde hace más de tres años, tres familias españolas musulmanas de Ceuta aseguran, sin embargo, que sus hijos han sido apresados, juzgados y condenados por las autoridades de Argelia. Han llamado a todas las puertas, argelinas y españolas, solicitando información y ayuda oficial. Casi nadie les ha echado una mano, y algún interlocutor sin escrúpulos les ha pedido dinero. Desesperados, se han decidido a contar a la prensa su pesadilla.

Dris Mohamed Haddi, de 19 años, Mohamed Mohamed Amar, de 23, y Hamido Mohamed Mohamed, de 19, trapicheban, como de costumbre, el 18 de febrero de 1996, entre Gibraltar y la costa marroquí. El motor de la embarcación, una Phantom modelo Xuxa con matrícula G-936 de Gibraltar, se averió.La corriente y el viento los desvió hacia el este. Hasta poco después de las cinco de la madrugada lograron, mediante un teléfono móvil, mantenerse en contacto con el centro de comunicaciones de la Marina Mercante en Tarifa. Después debieron seguir derivando durante cuatro o cinco días hasta que, a la altura de Ghazaouet, a 340 kilómetros al este de Ceuta, los detuvo una patrullera argelina.

Alarmados por su ausencia, sus padres pusieron cuatro días después una denuncia por desaparición. Empezó así para las tres familias una larga zozobra que les condujo de los consulados de Argelia en Alicante y Madrid, a dónde se desplazaron en vano para tratar de obtener un visado, hasta el consulado español en Orán y la Embajada en Argel, dónde, según ellos, apenas prestaron atención a sus llamadas telefónicas.

Generosos "regalos"

En el angustioso camino de la búsqueda se cruzaron también magistrados marroquíes y abogados españoles y argelinos. A algunos de sus interlocutores árabes, los padres de los jóvenes les hicieron generosos "regalos" que a cambio de promesas de información o liberación que nunca cumplieron. "Estabamos desesperados, cedíamos a todas las exigencias", afirma Mohamed Haddi, el padre de Driss.Fue la hermana, oficinista en una dependencia policial en Argel, de un argelino residente en España, la primera que confirmó el encarcelamiento de los tres ceutíes en Djbel Kdim (Orán). Poco a poco, las familias fueron tirando del ovillo. Supieron que en el verano de 1997 fueron juzgados por un tribunal de Tilimsen (al este de Argelia) que, según creen, los condenó a ocho años por colaborar con el terrorismo islamista al que, según la acusación, le iban a proporcionar el móvil y un walkie-talkie que llevaban a bordo.

Con súplicas y con sobornos siguieron rastreando y acabaron enterándose de que, en el otoño de ese mismo año, fueron trasladados al penal de Tazoult, en Batna, cerca de la frontera con Túnez, en donde siguen cumpliendo la condena. Sus nombres de reos no se corresponden del todo con los de sus DNI, los argelinos los consideran marroquíes y sus números de registro son 04036/97, 04038/97 y 04044/97.

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Hasta obtener estos datos "el itinerario ha sido un infierno", afirma entre sollozos Sodia, la madre de Hamido. "Es peor que si estuvieran muertos, porque a los muertos se les entierra y se les reza, pero nosotras, sumidas en la ignorancia sobre su suerte, vivíamos en una angustia permanente". "Y así no se vive, sólo se sufre".

Por el lado español, las gestiones de las tres familas apenas tuvieron más éxito. Sólo cuando la Fundación Españoles en el Mundo se puso en contacto por escrito con el Ministerio de Asuntos Exteriores, la Embajada de España en Argel se animó oficialmente, en junio pasado, a indagar ante las autoridades argelinas. Así consta en la carta enviada el mes pasado a la fundación por la jefa de Protección Consular, Reyes Fernández Bulnes.

"La diplomacia española no nos ha ayudado nada", se lamenta Jala, hermano mayor de Driss. "¿Para qué están las embajadas?", prosigue indignado, "¿sólo para apoyar a las empresas cuando quieren hacer negocios?".

Reunidas en el salón de la casa de Maimot, en la barriada del Príncipe en Ceuta, las tres madres coinciden en afirmar que "si no hubiesen sido españoles musulmanes, Exteriores hubiese hecho mayores esfuerzos para localizarlos y ayudar a obtener al menos un visado para poder visitarlo".

Mohamed Amar ha tenido durante su cautiverio una hija, Nabila, que ya ha cumplido los cuatro años. "Me hubiese hecho mucha ilusión poder entregarle en mano la fotografía de la niña", asegura su madre, Fatima. "Se la hemos enviado por correo" a la cárcel de Batna, dice, confiando en que le haya llegado.

"Es un asunto del que los responsables de asuntos consulares habían oído hablar de forma no oficial", reconoce Joaquín Pérez Villanueva, director de la Oficina de Información Diplomática (OID), "pero les era difícil actuar". "Las autoridades argelinas consideran marroquíes a los jóvenes que tienen la doble nacionalidad, española y marroquí", añade.

"No es verdad", replica Jala, "sólo eran españoles y nuestros padres también lo son". "Mi hermano Driss es nacido en Ceuta de padres españoles nacidos en Melilla", recalca.

Visita de Matutes

El próximo miércoles, el ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, hará un viaje oficial a Argelia y, según Pérez Villanueva, "tiene previsto abordar este asunto con sus interlocutores oficiales".Matutes visitó por primera vez Argelia como ministro en septiembre de 1996. Cinco meses antes, a raíz de las llamadas recibidas de las familias ceutíes, se había abierto en el Consulado de España en Orán un expediente sobre el posible encarcelamiento de tres españoles en la ciudad, el cual se cerró a fin de año, según una fuente diplomática. El ministro estuvo entonces en Orán y en Argel, pero se abstuvo de tocar el tema.

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