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EL CANDIDATO DEL PSOE

El candidato pide a los socialistas en su primer discurso que recuperen el 'espíritu del 82'

"Para ganar las elecciones necesitamos a millones de ciudadanos que no militan en el PSOE"

Anabel Díez

"Hoy quiero pediros a vosotros y a todo el partido que adoptemos una actitud similar a la que supimos poner en marcha en 1982". Esta demanda de Joaquín Almunia a su organización nada más ser elegido candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno resume el espíritu de su discurso, en el que destaca la idea de que para ganar las elecciones se necesita el voto de sectores que no son de izquierda, lo que es compatible, según Almunia, con los principios y valores que inspiran al socialismo desde hace más de un siglo. En 1982, los socialistas obtuvieron algo más de 10 millones de votos, apoyo que nadie ha vuelto a conseguir.

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En su primer discurso tras la elección, Almunia dijo: "Estoy orgulloso de representar al PSOE en estos momentos y para esta aventura. Pero, a partir de ahora, también debo ser y voy a ser un candidato para la sociedad. El candidato de millones de personas, de una mayoría de hombres y mujeres libres que quieren y esperan un futuro distinto y mejor que el que les propone e impone la derecha"."Me habéis elegido para ganar las elecciones generales. Es nuestro reto, nuestra oportunidad, pero para ganar no podemos confiar sólo en nuestras propias fuerzas. Tenemos que incorporar en nuestro proyecto las ilusiones y las esperanzas, la capacidad, el trabajo y la imaginación de millones de ciudadanos que no militan en el partido socialista", advirtió.

"El nuestro es un partido como raíces, un partido basado en ideas y valores, pero también es un partido de gobierno, es un partido para gobernar". Una y otra vez volvía a pedir que se mire hacia afuera de las estrictas filas socialistas. "Nuestra capacidad para afrontar con éxito los desafíos del futuro requiere el concurso de mucha gente que, de momento, no está incondicionalmente dentro de nuestras filas".

"Quiero ser el candidato de un proyecto progresista con vocación mayoritaria por lo que tenemos que articular un programa para toda la sociedad; un proyecto y un programa que surgen del Partido Socialista, pero que se dirigen a todos, integrando a una amplia pluralidad de sectores y de intereses progresistas". "No quiero gobernar para nuestros votantes ni para nuestros afiliados sino para todos los ciudadanos", remachó, para decir después que el presidente del Gobierno, José María Aznar, no actúa con esos principios.

"Me resistiré ante todo intento de poner el patrimonio público, las influencias o las decisiones al servicio de quienes coincidan conmigo o me apoyen. Ni soy Aznar ni lo seré nunca; no iré a la campaña ofreciendo una nueva transición, para que todo quede luego reducido a una inmensa y vergonzosa transacción".

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El candidato a la presidencia dedicó, después, casi la mitad de su discurso a exponer líneas y principios generales sobre las bases o ideas fuerza del programa electoral con el que irá a las elecciones. "Nuestro proyecto responde a los valores de hace 120 años; la igualdad, la justicia, la libertad y la solidaridad son referentes imprescindibles para quienes creemos en las posibilidades de un mundo mejor, donde el bienestar y la seguridad sean patrimonio de todos y no privilegio de unos pocos". Ahora bien, todo ello teniendo en cuenta las nuevas realidades, los nuevos problemas y los nuevos protagonistas de la vida social, cultural y económica.

"Queremos asegurar que el empleo, la cohesión social, la lucha contra la pobreza y la exclusión y la defensa del medio ambiente sean los objetivos preferentes de todas las políticas. Y sabemos que la eficiencia económica y la competitividad son requisitos imprescindibles para conseguirlo".

Almunia defiende la diversidad de España en un proyecto colectivo. "Una España respetuosa con las distintas formas de entenderla que conviven en su territorio". El candidato socialista quiere fortalecer, "con una inspiración federal", el Estado de las autonomías, "eliminando recelos y fomentando el espíritu de cooperación".

El Estado sigue teniendo en el esquema de Joaquín Almunia un papel destacado. "Algunas funciones del Estado deben desplazarse hacia el nivel local o el nivel supranacional y mantener, al tiempo, su acción imprescindible para garantizar los derechos y libertades y asegurar mecanismos de cohesión y solidaridad".

Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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