Todos los sectores de la economía valenciana crecieron menos que la media española en 1998 La actividad económica de la Comunidad sigue perdiendo peso en el conjunto de España
La economía valenciana creció en 1998 por debajo de la media española por tercer año consecutivo. Según el informe anual de la Fundación de Cajas de Ahorros para la Investigación Económica y Social (Funcas), dependiente de la Confederación de Cajas de Ahorros, el crecimiento del valor añadido de la economía valenciana, 0,26 puntos por debajo de la media, denota "una menor capacidad para aprovechar plenamente los momentos de expansión", una pérdida de dinamismo económico que ha dejado de ser coyuntural y que se refleja en todos los sectores de actividad.
En 1998, según los datos recogidos por el informe de la Funcas, la Comunidad registró un crecimiento del valor añadido del 4,36%, frente al 4,6% del conjunto de España. El comportamiento por debajo de la media estatal se registró en todos los sectores. En agricultura se creció un 0,5%, 2,75 puntos menos que la media española. En industria el crecimiento, un 5,5% respecto al año anterior, estuvo muy cerca de la media española, aunque también estuvo un 0,02 puntos por debajo. La construcción creció un 6,8%, un 0,27 menos que en España, y el sector servicios mejoró un 3,9%, 0,21 puntos menos que el conjunto estatal. Según el informe, "la continuidad en el proceso de pérdida de dinamismo iniciado hace ya tres años muestra cómo esta evolución puede no deberse a alteraciones coyunturales, y a pesar de la alta cifra de expansión de la economía valenciana, parece haberse entrado en una senda de ralentización difícil de abandonar". Los autores del estudio, los catedráticos de la Universidad de Alicante Andrés Pedreño y Paloma Taltavull, apuntan que la única salida a este frenazo del crecimiento económico pasa por "abordar las reformas estructurales todavía pendientes y relegadas al olvido desde tiempo atrás". Entre los principales puntos débiles de la economía valenciana el estudio destaca el hecho de que el sector industrial valenciano esté basado en bienes tradiciones más que avanzados. De igual forma se apunta una elevada dependencia del sector exterior de la mayoría de actividades productivas. Finalmente se añade un falta de infraestructuras y equipamientos. El informe también analiza el peso de la economía valenciana en el contexto nacional, tanto en su conjunto como sectorialmente. El peso de la aportación de la economía valenciana a la nacional se ha reducido un 0,06, situándose en 1998 en el 10%. En estos parámetros ya no son todos los sectores los que pierden peso respecto a la economía del Estado. De hecho sólo retrocede un 0,3%, el sector servicios. El resto, aumentan su peso en la economía española: la industria un 0,22%, la agricultura un 1,23% y la construcción un 1,8%. El informe señala que el retroceso del sector servicios tiene un significado especial, ya que supone que "el aparente despegue que esta actividad estaba experimentando durante los dos años pasados adquiriendo un mayor grado de especialización, no ha aprovechado suficientemente el empuje de la demanda durante 1998". Según los autores, el descenso en el sector servicios "muestra la dificultad que este sector tiene para modernizarse". La dificultad para ganar competitividad es fruto de las debilidades del sistema productivo valenciano, a pesar de que el turismo y el transporte han experimentado crecimientos relevantes. La modernización que se reclama pasa por continuar por especializarse y diversificarse. Los sectores que más han crecido son la construcción (6,8%) y la industria (5,5%). En el caso del sector industrial, la expansión, cercana a la media estatal, se fundamenta en la fuerte demanda, tanto interior como exterior, aunque en este último caso sólo los seis primeros meses del año ya que, después, las crisis financieras afectaron de forma notable a las exportaciones. En el capítulo de la construcción se ha vivido, por una parte, la reactivación de la obra civil, paralizada en los últimos años a pesar del alto volumen de adjudicaciones, que no se traducía en obra realizada. A pesar de esta vuelta a la normalidad, el parón de 1996 y 1997 ha provocado que la actividad constructora en ingeniería haya perdido peso desde un 11,1% del global nacional hasta el 7,8% en los últimos cinco años. Sí ha mantenido sus niveles la producción de edificación residencial, apoyada por el aumento de capacidad de compra de las familias, pero no ha sido suficiente para que el sector de la construcción haya sido el motor de la economía. La conclusión que extraen los autores del estudio es que, a pesar de contar con sectores muy dinámicos en todos los mercados, resulta preocupante la consolidación de un crecimiento económico por debajo de la media de España. El informe reclama que se aborden los problemas de base para evitar la alta sensibilidad que muestra la Comunidad Valenciana ante cualquier cambio del entorno económico. "Los menores crecimientos de los tres últimos años, a pesar de la fase expansiva, enseña que las estructuras organizativas y decisivas de mayor rango no han aportado beneficios para la consolidación de nuevos sectores productivos, no han impulsado las actividades que realmente requieren las empresas valencianas y tampoco han abordado las reformas estructurales pendientes que permitan la modernización de la economía valenciana", concluye el informe.
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