¡Adjudicad@!
Si usted teclea en su ordenador la dirección http://www.ohdomino.com no encontrará una página web dedicada al juego de los pitos dobles ni un salvapantallas generado a base de serpentinas de fichas numeradas, aunque es posible que pueda pujar por un dominó artesanal si a alguien le ha dado por subastarlo. Y es que bajo ese nombre enigmático se encuentra la primera subasta gratuita por Internet de España, ideada y construida por dos estudiantes de la Universidad de Alicante. Oh Domino se inspira en el modelo norteamericano de subasta en la red (lo que se conoce en jerga internauta como web auction). Este tipo de páginas son una asignatura superada en los servidores de ámbito anglosajón, pero Manuel Solá y Manuel Silvestre, los padres de la criatura, aseguran que en España sólo operan otras dos subastas y en ninguno de los dos casos son gratuitas, sino que pertenecen a empresas que cobran un pequeño porcentaje al ofertante y al comprador por realizar sus negocios a través de su servicio. En Oh Domino no se exige pago. La gratuidad de la subasta se basa en la decisión que adoptaron Solá y Silvestre de abrir este tipo de servicio telemático a todo el mundo. "De momento no estamos ganando nada con la subasta, pero esperamos que en un futuro sea lo suficientemente visitada para financiarla con publicidad", apunta Silvestre. ¿Pero cómo funciona una subasta virtual? Oh Domino es en realidad un programa informático que cuelga en la red la oferta de una persona con el precio de salida que ésta le sugiere, mantiene abierta la subasta hasta que el ofertante desea y contabiliza las pujas hasta quedarse con la más elevada. Una vez se cierra la subasta, envía automáticamente un aviso por correo electrónico al ofertante y al comprador, conminándoles a que se pongan en contacto. El programa hace las mismas funciones, en definitiva, que un subastador de carne y hueso, excepto pegar un mazazo en la mesa al tiempo que grita aquello de: "¡adjudicado!". Un usuario que desee subastar cualquier cosa (desde un espejo hasta un coche o una cadena de música) sólo tiene que acceder a la página y completar un formulario. Ni Silvestre ni Solá son informáticos (el primero estudia Empresariales y el segundo, Matemáticas). Toda la tecnología que necesita Oh Domino para funcionar la han bajado de sitios de Internet que ofrecen gratis los programas. Oh Domino subasta todo tipo de artículos, y no siempre son físicos. De hecho, el día en que se realizó este reportaje se subastaba el dominio de Internet Seur.com. Registrar dominios con nombres de empresas importantes es una pícara práctica que está costando muchos millones a las empresas si desean adquirirlos para evitar que bajo su nombre se mantengan páginas totalmente ajenas a su actividad económica. Acorde con el espíritu liberal de Internet, Oh Domino no entra a cuestionar qué se subasta en su página. Una curiosidad de Oh Domino es que todas las pujas se realizan en euros. La razón está en que muchas de las visitas llegan de América Latina, donde están más familiarizados con este tipo de páginas. Constantemente se recuerda el valor del euro y, de este modo, se emplea una divisa única para que no existan malentendidos. Esta mayor afluencia de internautas de ultramar revela el máximo desafío al que se enfrenta una subasta virtual en España: vencer la desconfianza que todavía tienen muchos ciudadanos, incluso entre la comunidad internauta, a hacer negocios por módem. "Tenemos un foro para aclarar y discutir dudas y notamos que todavía hay muchos recelos. Esperamos vencerlos pronto y por eso estamos en plena promoción", señalan sus creadores. La página está abierta desde el 22 de mayo y en el mes de junio recibió una media de 90 visitas diarias.
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