La jota
EUGENIO SUÁREZ PALOMARESQuedan días para el cambio de turno. Unos vienen, otros se quedan y otros nos vamos. Estío o verano. El tiempo se irá entre gazpachos, espetos, moragas, playas y pinares. Los de España va bien pasearán por Mallorca, donde Abel, máximo representante de la política exterior salvo que salgas al extranjero, ha sido un buen padrino de boda. Enhorabuena. Estamos en plena distracción y, si faltaba un botón, el de muestra lo pone Javier Arenas. Afirma que, a no tardar, se van a conocer cosas. Las que puede saber -relación de altos cargos de su gobierno que pudieran estar implicados en el presunto cobro irregular de subvenciones para el cultivo del lino- no las dirá. Tampoco cómo lleva la secretaría general; el PP pierde desde Santurce a Bilbao (voy por toda la orilla), Mallorca, Aragón y, a poco que se descuide, hasta El Ferrol, por mucho que don Manuel gane y gaste los jubileos de los últimos 40 años en gaitas, que soplan BNG y PSOE. Son otras cosas. Adivina, adivinanza, que no, que sí, que se huele un entramado financiero entre el GIL y el PSOE. Se va a contar, ahora, porque su partido ya no trata con el GIL; él tampoco. Además, no le gusta el vino ni el caviar aunque el pillín no dice lo que le gusta. Atrás quedan sus paseos por Marbella en busca de la Diputación perdida. Ha aprendido. No le confunde el GIL y no deberá confundirle que la ministra de Justicia asista a una jornada jurídica de huevos, de esturión se entiende. Claro, como es mariscal y dama de honor de la Legión en la Semana Santa malagueña, tiene defensa o se la prestan. Lo del entramado es lo que consta. Pues que se cuente, porque más parece un invento para tapar cómo descubrió que Mallorca era una comunidad histórica, el intento de compra de Aragón o la jota, evitando responsabilizarse de una secretaría cuyos éxitos se cuentan por pérdidas. Son tiempos de cabañuelas y de profecías. Se anuncia el fin del mundo. Lo dijo Nostradamus y ahora Paco Rabanne, que ha preparado su colección del invierno que viene. Es divertido aventurar. En otoño caerán hojas, las de los árboles caducos. El PP ganará un hueco; Andalucía, un andaluz. A lo mejor, entonces, su censo estará completo.
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