El director general de TV-3 insta a reformar el modelo de televisión pública

Jordi Vilajoana, director general de la Corporación Catalana de Radio y Televisión (CCRTV), abogó ayer por una redefinición del modelo de televisión pública y, consecuentemente, de su financiación. "El modelo condiciona el coste, y el coste la financiación", afirmó Vilajoana, quien instó a la reforma porque, según dijo, hay que decidir qué televisión se quiere para el siglo XXI. El titular de TV-3 y las emisoras de la Generalitat lanzó estas ideas en la presentación del libro Model i finançament de les televisions públiques (Columna), que recoge las reflexiones de una quincena de profesionales y expertos participantes en la Tercera Jornada Parlamentaria sobre Medios de Comunicación Audiovisual. Vilajoana recordó que en medios políticos europeos se trabaja en la elaboración de directrices que marcarán la financiación de las televisiones públicas y reivindicó un trato especial para el caso español, ya que el país se ha dotado de dos canales públicos de ámbito estatal (La Primera y La 2 de TVE) y varias cadenas autonómicas. Justificó así la subvención para las televisiones públicas españolas: "Las autonómicas promocionan la lengua y la cultura propias, y eso hace un Estado rico y enriquecedor". En cuanto a TV-3, el director general hizo votos para que el Parlament impulse de inmediato una reforma de la ley de creación de la televisión catalana "que le permita el encaje en el mundo de las nuevas tecnologías". Una comisión parlamentaria trabaja desde hace meses en dicha modificación, pero su labor no culminará antes de acabar esta legislatura. En el mismo acto de presentación del libro, el presidente del Parlament, Joan Reventós, se sumó a la petición de replanteamiento del modelo de televisión pública, que, en su opinión, ya no sirve a la sociedad. Asimismo criticó la "guerra desenfrenada" a la que a menudo se vuelcan las cadenas institucionales para competir con las privadas por la audiencia y deploró que las públicas estén politizadas en exceso y se hayan convertido muchas veces "en herramientas en manos de los gobiernos de turno".