Unió aprueba un código ético que prevé sanciones para sus afiliados
El consejo nacional de Unió Democràtica de Catalunya (UDC) aprobó ayer un código deontológico que prevé sanciones para los afiliados. La luz verde a este texto se produjo en la misma sesión en que se sancionó a un miembro de este organismo del partido democristiano por expresar públicamente posiciones disidentes de las mayoritarias del partido. La decisión, por unos 70 votos a favor y 10 en contra, consiste en que este afiliado no podrá asistir a los plenos de los consejos nacionales hasta que se celebre el próximo congreso de la formación democristiana, previsto inicialmente para antes de fin de año. Los sectores críticos de Unió consideran que tanto el código ético como la sanción aprobada ayer son un intento de reducir las voces disidentes en el seno del partido democristiano, lo que la dirección niega de manera radical. El código deontológico es un mandato de los estatutos del partido, aseguran fuentes del equipo dirigente, que añaden que estas medidas aprobadas quieren dar mayor transparencia. Otro de los puntos del consejo fueron los resultados de las municipales y las negociaciones con los socios de CDC. Unió continúa reivindicando las tres vicepresidencias primeras de las diputaciones de Lleida, Girona y Tarragona. Las presidencias de los consejos comarcales de la Selva y el Ripollès son también objeto de un tira y afloja. Pero de puertas afuera la imagen debe ser de cohesión. Por eso ayer el líder de UDC, Josep Antoni Duran Lleida, no quiso entrar en asuntos conflictivos son sus socios. Obvió hablar de la sucesión del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. A su entender, el pacto de autogobierno, el nuevo pacto de financiación, la acción social de la Generalitat y un gran debate nacional para recuperar los valores morales de la sociedad son algunos de los grandes retos que CiU pretende afrontar, "incluso más allá de los próximos cuatro años", añadió. Duran consideró "evidente" que Pujol tiene la voluntad "de dejar encarrilado el país y el proyecto". Y añadió que "hay muchas personas con capacidad" para afrontar el relevo. El dirigente democristiano agradeció la sinceridad del candidato socialista, Pasqual Maragall, quien declaró que en las próximas elecciones debería gobernar la fuerza más votada. Para Duran Lleida, supone "un reconocimiento implícito de que en las próximas elecciones CiU volverá a ser la fuerza más votada".
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