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La psicóloga de los sabores

PERFILHubo un tiempo en que los helados tenían sexo. Había helados de señora -mantecado y crema tostada- y limonada de caballeros, porque los hombres no tenían hábito. "Pero ahora los tiempos han cambiado: todos los helados son unisex", dice Cecilia Rocco, una de las propietarias de Los Italianos, la heladería más famosa de Granada. Han cambiado los tiempos, sí, pero no la heladería, que es el auténtico referente del verano granadino, el centro nocturno de reunión de la ciudad. ¿El secreto? La fórmula centenaria y celosamente guardada de cada sabor que, según Rocco, tiene su propia psicología. Por Los Italianos se ha dejado caer prácticamente medio mundo, desde Andrés Segovia, que se deleitaba con las granizadas de piña, hasta el rey Hassan II, pasando por el torero Paquirri, el rejoneador Ángel Peralta o la actriz Ornella Mutti. Aparte de ellos, toda la ciudad es incondicional. Cecilia Rocco muestra orgullosa una foto de su padres delante de un carrito de helados. Aquel fue el comienzo, en 1936. Su padre llegó a Granada desde Val Zoldana, en el norte de Italia, y abrió una heladería en la Gran Vía, la arteria central de la ciudad, cuando le sorprendió la guerra civil. Decidió mantener el negocio a pesar de todo y traerse a su mujer y a sus hijas dos años más tarde. De aquel tiempo de nostalgia queda un lema que preside la heladería: L"amore non invecchia, el amor no envejece. De Italia, Pablo Rocco se trajo la fórmula de varias clases de helados que Cecilia y sus hermanas heredaron. Una de ellas es la de la cassatta, una especialidad que crea adeptos en Granada cada año. "Nadie, salvo mi padre, confiaba mucho en la cassatta", recuerda Rocco. "Por aquella época vendíamos unas ocho al día. Ahora vendemos 800. ¡Qué razón tenía mi padre!". Soltera, de una afabilidad absoluta, tierna como pocas, Cecilia Rocco explica que el éxito de Los Italianos radica en que siempre se trabaja con ingredientes naturales. "Hoy, por ejemplo, no tenemos helado de mora porque el hombre que tenía que traernos las moras desde La Alpujarra no ha aparecido todavía". Pero no sólo se trata de la pureza de los sabores. También está el trato de las cuatro hermanas Rocco tras el mostrador. "Una vez un cliente dijo algo que me emocionó, que en esta heladería se transmite humanidad", recuerda la heladera. El establecimiento cobra especial auge durante los días que se celebra el Festival Internacional de Música y Danza de Granada. Después de los conciertos, el público abarrota la heladería al fresco de la noche. No es nada infrecuente ver a los músicos de una orquesta, aún con la pajarita puesta, sentados en la terraza devorando cassattas. "Los helados, los sabores, tienen su psicología", confiesa más tarde Cecilia Rocco. "Después de tantos años tras el mostrador, aprendes a conocer a la gente por el tipo de helado que pide, o por la forma en que lo toma. Siempre sé que he acertado con un sabor cuando veo el rostro de alguien tomando helado". En Granada el verano dura desde el 19 de marzo hasta el 12 de octubre. El tiempo en que la heladería permanece abierta al público. De hecho la gente sabe que tiene que ir sacando la ropa ligera del armario cuando Los Italianos inauguran temporada. Llegó el momento de la cassatta.

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