Pesimismo sobre la voluntad unionista de formar hoy Gobierno en el Ulster

El Partido Unionista del Ulster (UUP) rechazó anoche las concesiones del primer ministro británico, Tony Blair, respecto a la entrega de las armas paramilitares, en una decisión del consejo ejecutivo de la formación que pone en cuestión la formación, hoy, del Ejecutivo autonómico de Belfast. La frustada estrategia de Blair, que horas antes accedió a enmedar el proyecto de ley sobre Irlanda del Norte de acuerdo a las demandas unionistas, causó además malestar entre nacionalistas y republicanos irlandeses. Con la revisión del proyecto de ley, mediante la introducción de tres enmiendas a su paso por la Cámara de los lores, Blair intentó ganar el apoyo del líder unionista, David Trimble, a la propuesta anglo-irlandesa del pasado 2 de julio.

"No cerréis la puerta. Este acuerdo ofrece todas las garantías que los unionistas piden", declaró el primer ministro en un último y desesperado llamamiento a la comunidad protestante en general y a Trimble en particular. Blair descargaba así los últimos cartuchos.

El ultimátum para la formación del Gobierno, que él mismo fijó, se aproximaba a sus últimas horas. Esta mañana, la Asamblea de Belfast debe nominar a los 10 ministros del Gabinete norirlandés, pero la iniciativa está condenada al fracaso si el líder unionista no acude a la cita.

Las perspectivas de éxito parecían nulas anoche. La reunión del consejo ejecutivo del UUP, celebrada anoche, concluyó con el mantenimiento de la línea política tradicional: "No armas, no Gobierno". Blair expresó su "frustación y decepción" por la decisión tomada por este órgano de 110 unionistas.

Las enmiendas que añadió Blair al proyecto de ley refuerzan tres puntos que suscitan la desconfianza de los unionistas: calendario específico del proceso de entrega de armas; suspensión automática del autogobierno si se incumplen los plazos del desarme, e identificación del partido causante de la infracción.

Su publicación provocó reacciones encontradas en ambos lados de fractura política de Irlanda del Norte. Para Trimble, se pone en evidencia la urgencia de un proyecto de ley que "no se consideró correctamente". Gerry Adams, presidente del Sinn Fein, denunció "el camino equivocado" que han tomado aquellos que "quieren resolver genuinamente el asunto del desarme".

La presión recae todavía en Trimble e, indirectamente, en el Gobierno británico. El líder unionista tiene en sus manos la facultad de accionar hoy la clave del proceso autonómico y provocar, días después, la expulsión del Sinn Fein si su rama militar, el Ejército Republicano Irlandés (IRA), no colabora con la comisión del desarme. Pero, anoche, el consejo ejecutivo de su partido se negó a alterar su posición. "No he solicitado ni solicitaré un cambio en el programa político del partido", aseguró Trimble al término de la reunión.

De materializarse hoy su aparente renuncia a nominar los ministros unionistas del Gobierno compartido, el proyecto pasará previsiblemente a un periodo de revisión. Con ello se frustra el calendario diseñado por Blair y su homólogo irlandés, Bertie Ahern, que incluía el traspaso de competencias el próximo 18 de julio y el inicio, "días después", del programa de entrega de armas hasta su conclusión en mayo del 2000.