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El juez del 'caso Brouard' ordena prisión para el comisario Planchuelo tras un careo con Amedo

El juez del caso Brouard envió ayer a prisión al ex jefe superior de Policía de Bilbao Miguel Planchuelo por su implicación en el asesinato, en 1984, del dirigente de HB Santiago Brouard. La decisión del juez José Luis González Armengol fue adoptada tras tomar declaración al ex responsable policial y someterle a un careo con el también ex policía José Amedo, condenado por el secuestro de Segundo Marey. A Planchuelo se le impuso una fianza de cinco millones para eludir la cárcel, pero aseguró que no podía pagar esa cantidad e ingresó en prisión.

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Según el abogado de la acusación particular, Txema Montero, el ex responsable policial ha ido reconociendo "fragmentariamente" su relación con el asesinato de Brouard desde su primera declaración, el pasado 16 de marzo. Montero ha señalado que las acusaciones de Amedo han sido determinantes para el ingreso en prisión de Planchuelo. Éste ha admitido que asistió a una reunión en diciembre de 1983 en Matienzo (Cantabria) en las proximidades del lugar donde se encontraba secuestrado Segundo Marey. A la cita, según el ex jefe de policía de Bilbao acudieron también el ex director de la Seguridad del Estado Julián Sancristóbal; el ex jefe de la Lucha Antiterrorista Francisco Álvarez y el mercenario Mohand Talbi. Sin embargo, en contra de lo declarado por Amedo, Planchuelo negó que en este encuentro se decidiera el asesinato de Brouard y dijo que sólo se habló del secuestro de Marey.

Posteriormente, en una declaración ampliatoria, Planchuelo indicó que no se pudo decidir ni tratar el atentado de Brouard en diciembre de 1983 en Matienzo porque tenía conocimiento, a través del ex director general de la Guardia Civil, Luis Roldán, y de Julián Sancristóbal de que el atentado de Brouard "fue un ajuste de cuentas" por el asesinato del dirigente del PSE Enrique Casas. No obstante, Montero puntualizó que todavía faltaban dos meses para que atentaran contra Casas, cuyo asesinato se cometió en febrero de 1984.

Tras la decisión de encarcelar a Planchuelo, el juez González Armengol tuvo que suspender las declaraciones, ya que se encontraba de guardia y tuvo que acudir al leventamiento del cadáver de un suicida. A partir de las 12 de la noche estaban previstas las declaraciones de Francisco Álvarez y del ex secretario general de los socialistas, Ricardo García Damborenea, ambos como imputados.

Damborenea señaló, a su llegada al Palacio de Justicia de Bilbao, que las acusaciones realizadas contra él por Amedo están al servicio de "un interés político" que no quiso concretar, y agregó que estaba dispuesto a colaborar con la justicia y "razonablemente tranquilo".

Antes, durante toda la tarde, estuvo declarando a petición propia el primer comisario encargado de las investigaciones del caso, Antonio Rosino, quien después fue sometido a un careo con Amedo. El juez quiere contrastar parte de las acusaciones realizadas el pasado viernes por Amedo sobre las reuniones, en Cantabria y en un hotel de Bilbao, en las que se decidieron, entre otros atentados de los GAL, el asesinato de Brouard.

La sentencia por la que el Supremo condenó en julio de 1998 a la antigua plana mayor de Interior por el caso Marey recoge en sus hechos probados la presencia de todos los aludidos por Amedo -Planchuelo, Sancristóbal, Álvarez y Talbi-tanto en Colindres (Cantabria), donde estaba Marey, como al día siguiente en un hotel de la capital vizcaína.

Amedo colocó en el diseño de esta estrategia de guerra sucia para golpear a ETA en el sur de Francia a los "políticos", entre los que citó a Damborenea y Sancristóbal. El ex policía dijo que Damborenea actuaba como un "motor" político de la guerra sucia de los GAL y acusó a Sancristóbal, primero, de preparar el asesinato del dirigente independentista y, posteriormente, de ordenar la paralización de las investigaciones de Rosino tendentes a esclarecerlo.

El ex subcomisario, quien, tras su declaración, fue puesto en libertad por el juez instructor por colaborar con la justicia, aseguró también que Rosino le dijo en mayo de 1993, días después de declarar en el juicio por el asesinato de Brouard, que con su testimonio había librado de la cárcel a cinco personas. Amedo aseguró también que la orden del desmentido de que los GAL habían sido los autores del asesinato partió del mismo lugar que las órdenes para reivindicar el resto de los atentados de ese grupo. Álvarez aseguró el pasado 16 de junio que la orden del desmentido había partido de Sancristóbal, aunque éste había hablado previamente con el entonces ministro del Interior, José Barrionuevo.

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