Trimble cree insuficiente la ley que dejaría fuera del Gobierno al Sinn Fein
La mayoría parlamentaria del Gobierno británico aprobó anoche, y sin el respaldo de los diputados unionistas, el proyecto de ley sobre Irlanda del Norte que se debatió con carácter de urgencia en la Cámara de los Comunes durante ocho horas. En su intervención, el líder de los unionistas, David Trimble, calificó de "defectuoso e injusto" el mecanismo legal para asegurar la exclusión del Sinn Fein del Ejecutivo norirlandés si el Ejercito Republicano Irlandés (IRA) no se desarma.
Las críticas de Trimble podrían conducir hoy al rechazo del bloque unionista a la propuesta anglo-irlandesa del pasado 2 de julio, que vincula la formación del Gobierno autonómico del Ulster con la entrega de las armas de los grupos paramilitares. La ministra británica para Irlanda del Norte, Mo Mowlam, respondió ayer a las críticas unionistas señalando que el proyecto legislativo ofrece "seguridad" a ambos sectores políticos de la región. "Los unionistas no tendrán que compartir puestos ministeriales con las formaciones que incumplan los compromisos sobre el decomiso de armas", afirmó. Este es el espíritu, aunque no la letra, de la legislación aprobada ayer en el Parlamento de Westminster para reforzar la propuesta anglo-irlandesa contenida en el documento El camino hacia adelante. Condicionada por el Acuerdo de Viernes Santo de 1998 -que se asienta en el principio del consenso intercomunitario y el Gobierno compartido-, la nueva legislación se limita a dejar en manos de la Asamblea de Belfast la potestad de decidir la "acción" a tomar en caso de infracciones de los grupos paramilitares o de los propios partidos. Por ello, para garantizar la exclusión del Sinn Fein de un Ejecutivo norirlandés, Trimble necesitará el apoyo de los nacionalistas moderados, que sus líderes, John Hume y Seamus Mallon, se niegan a conceder de antemano.
Sin esta garantía, los unionistas, respaldados en esta ocasión por el Partido Conservador, presentaron un total de 31 enmiendas que, anoche, el Gobierno superó dada su amplia mayoría. El peso central de las demandas se basa en la fijación de un calendario concreto para el proceso de desarme, en la expulsión del Sinn Fein sin recurrir a la suspensión de todas las instituciones autonómicas y a la paralización del programa de excarcelaciones si la entrega de armas no tiene lugar en los plazos convenidos.
"A los demócratas nos tratan al mismo nivel que los terroristas. Nos obligan a doblegarnos frente a las necesidades de los grupos paramilitares", protestó Trimble. Mallon, por su parte, denunció el objetivo "partidista" de la estrategia conjunta de unionistas y conservadores. Apoyando las enmiendas, el partido de William Hague parece renunciar al consenso entre Gobierno y oposición que rige el proceso de paz y que ha favorecido el progreso desde 1994.
Los mecanismos legales para garantizar el éxito del proyecto autonómico, que debería arrancar mañana, no atraen la confianza de ambas formaciones. Trimble expresó ayer su "sospecha" de que la propuesta anglo-irlandesa "traslada a una nueva fase" el problema del desarme. La ley no adelanta ningún calendario en tanto que la supervisión del proceso de entrega de armas es competencia de la comisión independiente que preside el general John De Chastelein. "El proceso puede comenzar días después del traspaso de competencias y el desarme actual puede iniciarse al cabo de unas semanas", dijo Mowlam en referencia al último informe de De Chastelein.
Las críticas de Trimble sonaron ayer como un golpe de muerte al proceso político norirlandés. La ejecutiva de su formación, el Partido Unionista del Ulster, se reune esta noche en sesión extraordinaria para dar su veredicto a la propuesta anglo-irlandesa del 2 de julio. Trimble aseguró en Westminster que no desea hacer fracasar el proyecto. Pero, sin mayores garantías respecto a la expulsión del Sinn Fein, las perspectivas sobre una respuesta positiva de su formación parecían ayer mínimas.
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