Bono afirma que las injurias sufridas le han ayudado a lograr su quinta victoria

El presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, aseguró ayer que una de las causas de la victoria del PSOE-Progresistas y el fracaso del PP en las recientes elecciones autonómicas es el cúmulo de descalificaciones personales que tuvo que "soportar" durante la campaña y la pasada legislatura. En el debate de investidura presidencial, Bono agradeció el respaldo de los castellano-manchegos que le han votado porque han demostrado ser "un escudo ante la inquina injuriosa" que ha padecido en los últimos meses. Incluso anunció que está dispuesto a revelar en la segunda sesión, la de hoy, quién ha financiado las injurias lanzadas contra él para "sembrar sospechas".

Según dijo, los castellano-manchegos no soportan que se difame "injustamente" a su presidente, sea quien sea, y eso ha quedado patente en las urnas. No obstante, reconoció que las calumnias vertidas contra él y su familia le han hecho "mucho daño".

Dentro del análisis de los resultados electorales, Bono manifestó que afronta la nueva legislatura con más ilusión que nunca, sin soberbia ni arrogancia, pero "lleno de gozo, júbilo y regocijo". "Cuando 558.530 ciudadanos votan por lo que uno representa", dijo, "la satisfacción es normal que no se pueda ocultar".

El dirigente socialista destacó "el récord nacional" que supone haber obtenido la quinta mayoría absoluta consecutiva y haber subido en votos (70.000 más que en 1995), porcentajes (54,14%) y escaños (dos más).

Asimismo, subrayó que, "por primera vez en la historia" de la comunidad, el PSOE-Progresistas ha vencido en todas las circunscripciones.