Aznar asegura que el PSOE "pierde jirones de credibilidad" con los pactos

El presidente del Gobierno, José María Aznar, dijo ayer que el PSOE "está perdiendo jirones de credibilidad" con sus pactos poselectorales, especialmente en Baleares y Galicia y tras la situación creada en Melilla. El móvil de los socialistas en estos pactos con nacionalistas conservadores y radicales no es otro, según Aznar, que "el deseo de estar en el poder a costa de lo que sea". "Es un pacto de perdedores para arrebatar el poder a quien ha ganado las elecciones municipales y autonómicas", rubricó el jefe del Ejecutivo.

"El PSOE, con estos pactos, a lo mejor accede a algún cargo más, pero está perdiendo jirones de credibilidad". La intervención de Aznar, en la rueda de prensa ofrecida ayer en La Moncloa junto al presidente de Bulgaria, Peter Stoyanov, confirmó el profundo malestar que le ha causado el pacto de gobierno en Baleares entre el PSOE y cinco partidos más, la mayoría formaciones nacionalistas, para desalojar al PP de un territorio que controlaban ininterrumpidamente desde el nacimiento de la autonomía balear hace 16 años. El acuerdo de Baleares ha sido la guinda de la lista de alcaldías perdidas, especialmente en Galicia y Andalucía por los pactos de los socialistas con el Bloque Nacionalista Galego (BNG) e Izquierda Unida (IU). Ante la proximidad de las elecciones legislativas, el presidente del Gobierno hizo de la necesidad virtud y trató de aprovechar la diversidad de pactos de gobierno municipales y autonómicos trenzados por los socialistas para afirmar que "su nivel de credibilidad no es alto sino todo lo contrario" y defender que, aunque los pactos son legítimos, "deben tener sus límites".

Aznar precisó estos límites al denunciar que el PSOE ha pactado con partidos que "no aceptan la Constitución, la cuestionan o son incapaces de respetarla", en referencia al BNG o al Partit Socialista de Mallorca (PSM), cuyos integrantes habían jurado la víspera la Constitución, pero por imperativo legal.

El jefe del Ejecutivo eludió referirse a que su propia investidura como presidente, en mayo de 1996, vino precedida de un pacto entre el PP y otro partido nacionalista que no acepta la Constitución: el PNV. Tampoco explicó las causas del malestar que ha llevado a partidos regionalistas, como Unión Mallorquina (UM), a cambiar su alianza con el PP por el PSOE. El temor a ser engullidos por el PP, como ha sucedido con Unión Valenciana (UV), es la causa, según fuentes de los propios partidos regionalistas.

Hace tres años, cuando Aznar pactó con los nacionalistas catalanes, vascos y canarios un acuerdo parlamentario con importantes contraprestaciones autonómicas, hizo el discurso de la integración de los nacionalismos en el Estado. Ahora, al final de la legislatura, y ante los pactos cerrados por el PSOE con el nacionalismo o regionalismo de centro-derecha y de izquierdas, el jefe del Ejecutivo ha regresado al discurso que hace tres años hacía el PSOE: la descalificación de unos "pactos sin principios" con partidos que aspiran a la secesión territorial y con el único objetivo de alcanzar el poder.