Industriales y televisiones piden que se evite una nueva "guerra" de descodificadores

Operadores de televisión y fabricantes de electrónica otorgan gran importancia a la decisión que va a tomar Onda Digital sobre el descodificador necesario para acceder a las señales de televisión digital terrestre. Proveedores de sistemas de gestión multimedia pugnan por hacerse con un contrato muy importante para la augurada revolución de la electrónica de consumo, cuyas consecuencias, de producirse, serían comparables a la migración de la televisión en blanco y negro a la de color. De ahí la importancia de que la llave del sistema esté basada en normas abiertas y no discriminatorias.

Por una decisión gubernamental, tomada a finales del año pasado sin atender a los que pedían un estudio más pausado, está previsto un rápido despliegue de la red necesaria para implantar la televisión digital difundida por ondas terrestres. Y si esto llegara a hacerse realidad, tendría implicaciones mucho más amplias de las que supuso la discusión sobre el sistema de acceso a las emisiones vía satélite, que tantos esfuerzos consumió en 1997. La semana pasada, la entidad DigiTag, en la que están representadas 60 empresas de una veintena de países, presentó al Ministerio de Industria un sistema de estándar abierto, denominado Euromheg, en cuyo desarrollo como norma técnica ha participado activamente un grupo español auspiciado por la Asociación Nacional de Industrias Electrónicas (Aniel), que invitó a participar a los operadores de televisión.

El propósito de esa iniciativa es el de "evitar una nueva guerra de descodificadores en el país y la presencia de equipos incompatibles en el mercado", según un experto del grupo citado. A DigiTag pertenecen organizaciones españolas como Telefónica, RTVE , Retevisión, Sogecable o Televés; fabricantes como Philips, Nokia, Panasonic, Samsung o Sony, y empresas internacionales del porte de BBC, British Telecom, RAI y Deutsche Telekom.

En el Reino Unido, el primer país que lanzó la televisión digital terrestre -lo hizo el año pasado-, las autoridades exigieron que todos los operadores de plataformas técnicas y los descodificadores digitales cumplieran con una determinada norma internacional, válida para todos, en vez de una solución que fuera propiedad de uno de los fabricantes.

El Gobierno de Aznar se ha mostrado tan decidido a impulsar el proceso de digitalización, que incluso ha exigido a los actuales operadores privados (Antena 3, Tele5 y Sogecable) que acepten emitir en sistema digital, si quieren ver renovadas las licencias de que disponen, y cuyo vencimiento es inminente. Además, ha obligado a RTVE a preparar la transformación de sus emisiones en digitales.

Antes de que esto ocurra, un primer operador tendrá derecho a lanzar servicios en sistema digital terrestre. Se trata de Onda Digital, liderado por Retevisión, que el 18 de junio pasado obtuvo del Gobierno la licencia para operar hasta 14 programaciones o canales. Onda Digital ha de decidir en breve qué sistema debe adoptar para permitir el acceso de los usuarios a dichos servicios.

Este nuevo operador se encuentra, además, muy condicionado por el calendario, puesto que, en teoría, debería iniciar las emisiones en noviembre próximo. Fuentes de Retevisión manifestaron ayer que Onda Digital aún no ha tomado la decisión acerca de dicho sistema de gestión de los nuevos servicios.

La demostración realizada por el grupo DigiTag en Industria, la semana pasada, se hizo sobre aplicaciones preparadas por la BBC y por Televisión de Cataluña. Los participantes en esa demostración insistieron en la conveniencia de que Onda Digital elija un estándar "abierto", como la mejor manera de garantizar una expansión rápida y estable de la televisión digital terrestre.

El interés de los operadores de televisión por las consecuencias de este cambio se une a las expectativas de la industria electrónica de consumo. Para recibir las emisiones de televisión digital terrestre no sirven los actuales televisores: hay que añadirles un adaptador, o bien integrar el sistema de acceso multimedia dentro de televisores de nueva generación.

La industria electrónica ve aquí un gran pastel, no sólo por la necesidad de fabricar descodificadores o adaptadores destinados a viejos televisores, sino por la renovación de un parque de más de 15 millones de aparatos receptores. Y a más largo plazo, por la de reproductores de vídeo y otros equipos. De ahí que presione en favor de una norma de acceso abierto. Esto favorecería el desarrollo de televisores con el descodificador integrado, en mayor medida que una solución propiedad de un único suministrador.