Almunia espera convencer a los escépticos con su "actitud y dedicación"
Es un honor para alguien que "ama" la política ser elegido para aspirar a la Presidencia del Gobierno. Así asumió ayer su futuro papel el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, toda vez que no ha habido ninguna propuesta alternativa. En la reunión del Comité Federal del día 24 será designado por amplísima mayoría, según las previsiones. Sólo Izquierda Socialista y algunos guerristas discrepan. "Espero convencer a los escépticos con mi actitud, mi talante y mi dedicación", dijo Almunia, que no desecha medirse con Aznar este otoño: "Si dirigentes del PP no descartan el adelanto electoral, sería absurdo que lo descartáramos nosotros".
Antes de la reunión de ayer de la Ejecutiva Federal, Almunia agradeció a José Borrell su respaldo a su candidatura. Su aval, expresado el sábado pasado en Barcelona, en el Consell Nacional del PSC, es especial para el secretario general del PSOE, ya que Borrell le ganó en las elecciones primarias de 1998. "Para mí, es muy valioso", afirmó Almunia, que en la cita del Comité Federal del próximo día 24 tendrá también el apoyo de los secretarios regionales, salvo la duda del líder extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Además, su candidatura será la única, aunque ayer todavía dijo que si alguien decide en estos días dar el paso puede hacerlo. Los cauces establecidos para la presentación del aspirante socialista a La Moncloa los ha respetado tan sólo la eurodiputada Rosa Díez, que preguntó a Almunia si estaba dispuesto a serlo y, una vez que obtuvo su respuesta afirmativa, le propuso.
Otros 25 miembros del mencionado comité le han propuesto también por medio de cartas, llegadas ayer, pero no cumplieron el trámite de preguntarle antes, por lo que sus escritos quedan como gestos de respaldo. Proceden de las federaciones de Castilla-La Mancha, a través de su secretario general, José María Barreda; Andalucía, Madrid, Valencia, Galicia, Aragón y el País Vasco, así como de la de Europa, firmada en este caso por los hermanos José y Carlos Martínez Cobo y Marco Aguiriano. También le avalan los coordinadores de Sanidad y Educación, José Manuel Freire y Adolfo Navarro respectivamente.
Las conversaciones que ha mantenido estos días con los secretarios regionales y otras muchas personas de dentro y fuera del partido han llevado a Almunia a cambiar su opinión en poco menos de veinte días.
El líder socialista se resiste a entrar en debate con quienes le critican por ser candidato tras haber perdido las primarias, por lo que niega que sus reticencias a serlo tengan que ver con su derrota ante Borrell. "Los contras", puntualiza, "sólo tienen que ver con consideraciones personales y subjetivas que afectan a mis intereses como persona, ya que no soy partidario de estar todas las horas del día dedicado a la vida pública. Pero ya me he olvidado de ellas y voy a dedicar el ciento por ciento de mis energías y mi ilusión a ganar las elecciones".
Nada hay más apasionante para alguien que "ama" la política que intentar ser útil para solucionar los problemas de los ciudadanos "desde una perspectiva progresista" en la España del siglo XXI, dijo Almunia como declaración de intenciones.
A continuación, se mostró conciliador con los compañeros que no le ven como el candidato idóneo, pero fue muy duro ante los juicios que sobre él se emiten desde el PP. Así, aludió al ministro portavoz, Josep Piqué, que le minusvalora por su derrota en las primarias: "Escuchar al señor Piqué dar lecciones de ética es un insulto a la inteligencia. Así que lo mejor es que se calle y no mienta". [Además, Almunia, como reiteró en la apertura de la Escuela de Verano Jaime Vera, de las Juventudes Socialistas, no descarta mantener las primarias y ampliarlas a los simpatizantes].
Almunia también aludió a cómo fue elegido en su día José María Aznar en el PP y se basó en un artículo que el ya presidente escribió el 14 de septiembre de 1996 en el diario El Mundo. Aznar recordaba en él que el 28 de agosto de 1989 le telefoneó el entonces líder de los populares, Manuel Fraga, para decirle que había pensado en él. A su vez, él llamó a su esposa, Ana Botella. "Ya está. Nos ha tocado. He dicho que sí", confesaba Aznar en dicho artículo.
"Espero convencer a todos los que son escépticos sobre mi validez como candidato", dijo Almunia refiriéndose a compañeros de partido. ¿Cómo?, se le preguntó. "Con mi talante, mi actitud y mi dedicación", respondió. De esa forma quedó claro que no va a entrevistarse con ningún dirigente guerrista, sino que esta tarea ya la ha llevado a cabo el secretario de Organización, Ciprià Ciscar, que durante la pasada semana coordinó una serie de reuniones entre miembros de la ejecutiva y los no afines, como José Luis Corcuera, Txiki Benegas, Francisco Fernández Marugán y Matilde Fernández. "Conozco [por Ciscar] el resultado de esas entrevistas", se limitó a añadir Almunia. Y matizó que sólo tiene pendiente una cita miembros de Izquierda Socialista.
Pero ayer la Ejecutiva no sólo habló del candidato. También lo hizo de Melilla y los pactos. El responsable de Política Autonómica, Ramón Jáuregui, presentó un informe sobre la ciudad autónoma que obtuvo el visto bueno. Ante la dimisión de toda la dirección melillense del partido, la Secretaría de Organización nombrará una comisión gestora.
Asimismo, se ha suspendido cautelarmente de militancia a Román Dobaño y Malika Mohamed por haber incumplido las directrices de Madrid de votar al candidato acordado con el PP. El expediente disciplinario contra ambos ha empezado ya a instruirse.
Por otra parte, Almunia criticó con dureza al PP por intentar impedir, a través de "una especie de subasta", con grandes contrapartidas, los pactos de los socialistas en Baleares y Aragón.
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