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Carmen Thyssen muestra en Málaga los mejores paisajes de su colección pictórica

Una selección de 86 pinturas de la colección de Carmen Thyssen-Bornemisza, todas ellas fechadas entre los siglos XVII y XIX y todas con un motivo común, la interpretación del paisaje, podrán ser contempladas juntas por primera vez en el Palacio Episcopal de Málaga hasta el próximo 5 de septiembre. La baronesa Thyssen, acompañada de su hijo Borja y del conservador del Museo Thyssen, Tomás Llorens, presentó ayer una exposición con alguna pieza "digna del Louvre" y varias inéditas.

El comisario de la muestra, Tomás Llorens, explicó que "intenta transmitir el goce de la pintura". A la presentación también acudieron el presidente de Unicaja, Braulio Medel, y la consejera de Cultura de la Junta, Carmen Calvo en calidad de patrocinadores de los gastos de la muestra y patrones del espacio expositivo, respectivamente. Ambos se deshicieron en elogios hacia Carmen Thyssen que ha cedido gratuitamente unos cuadros valorados en conjunto en más de 8.000 millones de pesetas. Ambos incidieron en la oportunidad de que una colección de semejante nivel llegase a Málaga que, según Medel, se está convirtiendo "en el gran centro cultural y de pintura de Andalucía". Por su parte Calvo acuñó un nuevo eslogan para la ciudad, "el sur del sur de las artes plásticas de Europa" y la cualidad "social y de servicio público" que tienen las exposiciones itinerantes de la Thyssen. Carmen Cervera dijo que había elegido Málaga como destino porque en esta ciudad tiene una casa, porque "cree mucho en Málaga y Andalucía" y "porque me lo han preparado así". La exposición Aspectos de la tradición paisajística en la Colección Thyssen-Bormemisza reúne entre las 86 pinturas que la conforman algunas piezas adquiridas este año que no habían sido expuestas al público. Entre ellas, además de un Paisaje fluvial del holandés Jan van Goyen fechado en 1634 y una escena costumbrista de la feria de Sevilla fechada en el último cuarto del siglo pasado, obra de Manuel Cabral-Aguado, destaca sobremanera un cuadro de Jean Baptiste-Camile Corot, "digno del Museo del Louvre", según Tomás Llorens. El cuadro La soledad, una escena realista con una mujer al borde de un lago umbrío entre árboles, fue realizado en 1866 cuando fue comprado por Napoleón III para la colección particular de su esposa Eugenia de Montijo. Es propiedad de Carmen Thyssen desde el pasado 12 de mayo. La muestra recorre la evolución de los estilos pictóricos durante tres siglos a través de la pintura de paisajes, género que precisamente surgió en Holanda en el siglo XVII asociado al nacimiento de una nueva clase social, la burguesía. Llorens apunta que es precisamente en el desarrollo de la pintura de paisajes donde mejor se aprecia la evolución de la pintura como arte autónomo. Los artistas podían desembarazarse mejor de la estructura ideológica de la pintura religiosa o cortesana, para adentrarse más en la pintura como campo de experimentación de la "percepción visual". Así se arranca de la pintura holandesa del XVII para quedarse en las puertas del impresionismo, pasando por la pintura italiana del XVIII y el vedutismo -hay excelentes piezas de Canaletto, Francesco Guardi, Vernet o Vanvitelli-, el rococó -con cuadros de Boucher o Quillard-, el romanticismo español y alemán -un hermoso Caspar David Friedrich-, el paisajismo norteamericano y el marinismo y el luminismo español. Obras de Sorolla, Sargent, Morris, Muñoz Degrain, Regoyos o Courbet se rastrean en la exposición. Algunas piezas de la exposición también desprenden el valor simbólico que España tuvo en Europa durante el período romántico. Así se ve en un hermoso paisaje del alemán Fritz Bamberger de la playa de Estepona con el cercano peñón de Gibraltar o en varias obras de José Domíguez Bécquer, el hermano del poeta Gustavo Adolfo, sobre todo en una brumosa vista de la Giralda. También abundan muestras del marinismo español del siglo pasado, una escuela que tuvo bastanes epígonos y valedores en Málaga, como Carlos de Haes, Guillermo Gómez Gil, Verdugo Landi, Muñoz Degrain o Emilio Ocón que aporta una vista crepuscular del puerto. Quizá una de las mayores novedades de la colección es la presencia de numerosos representantes de la pintura norteamericana del siglo XIX, hecho que hace de la Thyssen la colección privada europea que más fondos tiene de este período, con nombres como Bierstadt, Thomas Birch, Bradford, Bolton Jones, Robert Salmon, Alfred Thompson, Church o Johnson Heade.

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