Gas sin fuerza
Tengo un problema que todavía está sin resolver por parte del Ayuntamiento de Madrid. El problema es el siguiente: debido a la remodelación de Lavapiés, barrio en el cual vivo, el gas natural ha perdido fuerza y el agua que se supone potable sabe asquerosa porque, según el Canal de Isabel II, proviene de pozos subterráneos. Así que esa agua que teníamos, yo, personalmente, me la llevaba cuando me iba de vacaciones por no cambiar de agua, y que si no me la llevaba, lo primero que hacía era beber agua del grifo; pues bien, mi gozo se ha jorobado por completo. Al principio, su color es marrón; el agua va cogiendo color, ya más normal, pero el sabor sigue igual, insoportable. Comentándolo con mi familia, que vive en este barrio, todos me han dicho lo mismo.
Me parece abusivo. Si uno paga el agua como buena, creo que debe ser así y no de otra manera.
Lo del gas natural, todavía peor: para guisar algo, rezas, y mientras el alimento se hace, te da tiempo a hacer muchas cosas, cosa que no pasaba antes.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.