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Aguas fecales ensucian la playa de El Palo

La lluvia o un corte del suministro de energía eléctrica provocan que los tubos aliviaderos, ubicados en la playa de El Palo (Málaga) viertan aguas fecales directamente al mar. Éste es un problema técnico menor que se resolvería de dragarse el río Gálica, según la Asociación vecinal Zona Popular de El Palo. Sin embargo, a dos años de la primera denuncia presentada por su presidente, Rafael Caparrós, el problema persiste debido a un enmarañado proceso en el que no se ha aclarado aún a qué entidad gubernamental le corresponde atenderlo. No se ha instalado ninguna bomba auxiliar ni un equipo electrógeno de emergencia que permita el funcionamiento de las estaciones de bombeo en caso de un corte de la energía eléctrica. "La suciedad que tenemos en el litoral procede de los emisarios submarinos que salen a cincuenta metros de la playa" afirmó Caparrós. El problema se agrava en verano, añadió, cuando se incrementa el numero de visitantes en Málaga. Pero el asunto no termina ahí. El riesgo que implica para la salud de los vecinos y visitantes de la zona se acentúa durante la temporada de lluvias, cuando el río se inunda y la arena tapa su cauce. Según la Empresa Municipal de Aguas de Málaga (EMASA), no hay incidentes medioambientales serios, de acuerdo con la inspección de los conductos de aguas negras realizada en los meses de invierno del pasado año. No obstante, EMASA reconoció que, cuando llueve o hay un corte del suministro de electricidad, el aliviadero de emergencia vierte aguas fecales directamente al mar, en lugar de derivarlas hacia la depuradora del Peñón del Cuervo. Una segunda inspección, a cargo del barco de vigilancia ambiental de la empresa AMA VIII, en julio y agosto de 1998, constató que las estaciones de bombeo siguen con los mismos problemas de 1997, y contradice el informe de la inspección hecha por la empresa municipal. La empresa Bureau Veritas Español, SA, por encargo del Ayuntamiento, efectuó un nuevo informe que describe "impactos en superficies de puntos de vertidos". En este estudio se sostiene que los incidentes medioambientales denunciados por el citado barco de AMA VIII están relacionados directamente con los emisarios submarinos. Para la senadora socialista Ana Guirado, quien hizo una pregunta parlamentaria al Gobierno sobre esta cuestión, el argumento de la Administración central "es absolutamente falso". El Gobierno alega que no se puede dragar el río Gálica por la poca profundidad que tiene y por sus características hidráulicas, como la distancia de la desembocadura al mar y la velocidad del desagüe. El desmentido de la senadora socialista establece que el dragado del río "es perfectamente factible" porque el nivel del mar es más bajo que el nivel que ahora tiene el río. Abundó que, en varias visitas a la zona afectada, ha podido constatar la salida de aguas fecales y residuos orgánicos a través de las arquetas conectadas a los tubos. "Se está haciendo una balsa debajo del puente que cuando lleguen las lluvias en noviembre pondrán en peligro la vida de los vecinos" explicó. El segundo argumento del Gobierno es que no le corresponde atender este problema.Se trata de un río urbano, competencia de la Junta de Andalucía, según la respuesta dada a la senadora socialista. Guirado considera que esta situación es competencia tanto de la Confederación Hidrográfica, que depende del Ministerio de Medio Ambiente del Gobierno central, como del Ayuntamiento de Málaga. Al respecto, los funcionarios del Ayuntamiento han afirmado que es competencia de la Confederación Hidrográfica, no de ellos. Jorge Robles, funcionario de Obras Hidráulicas de la Junta de Andalucía, expuso que las competencias aún no están transferidas en cuestión de políticas hidráulicas. "Si nosotros destinamos un presupuesto para dragar este río, la Confederación Hidrográfica del Sur nos denunciaría, por atribución de funciones". El caso es que los 20 metros cúbicos de tierra que tendrían que dragarse implicarían una inversión de casi un millón y medio de pesetas. Un coste menor, según la asociación vecinal, "que por falta de sensibilidad y perspectiva no se efectúa". Pero, mientras tanto, la contaminación y los riesgos para la salud de los vecinos de El Palo siguen presentes sin que se les ofrezca una solución definitiva.

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