Anotaciones sobre asistencia psiquiátrica
En el suplemento de EL PAÍS Madrid del 29 de junio de 1999, y a propósito de la cogestión de los Servicios de Salud Mental de la red del Insalud, se utilizan conceptos, y se parte de principios, que no se corresponden exactamente con la realidad de lo acontecido, ni ponen de manifiesto lo que realmente significaría la puesta en marcha del consorcio propugnado por Arthur Andersen. En primer lugar debería destacarse que Arthur Andersen fue contratado exclusivamente como empresa asesora para colaborar en la elaboración de un Plan de Salud Mental del que eran especialmente responsables la Comisión de Dirección formada por las autoridades sanitarias y el Comité de Seguimiento formado por técnicos de planificación y gestión de la Comunidad de Madrid y por representantes de todas las instituciones implicadas.
Este Plan de Salud Mental surgió como una respuesta de la consejera de Salud ante las manifiestas preocupaciones e inquietudes de todos los coordinadores de Salud Mental de Madrid, quienes, "de hecho", han venido siendo eficaces instrumentos de una cogestión de todas las unidades de Salud Mental de Madrid desde hace 12 años.
Para estos coordinadores fue una verdadera sorpresa el que la consejera decidiese solicitar la asesoría de Arthur Andersen, que, por una parte, suponía un notable gasto y que, por otra, no se veía necesaria para poner de manifiesto las deficiencias y necesidades de la asistencia psiquiátrica en Madrid que eran y son suficientemente conocidas.
Dado que asistí como representante del Insalud provincial (en sustitución del director territorial del Insalud) a la primera reunión del Comité Director del Plan de Salud Mental, y en la medida en que fui el único representante del Insalud en todas las reuniones celebradas por el Grupo de Coordinación del Comité de Seguimiento, puedo decir que el motivo del desacuerdo, que yo en cuanto representante del Insalud provincial expuse en el Comité de Seguimiento, no fue la creación de un consorcio ni la creación de ninguna fundación, sino el que concretamente este proyecto de consorcio, al parecer "impuesto" en la elaboración del Plan de Salud Mental por la empresa asesora Arthur Andersen -que en ningún caso debería apropiarse de un trabajo por el que ha sido suficientemente remunerado-, suponía una clara regresión en el proceso de integración de la asistencia psiquiátrica a la Asistencia Sanitaria General, y volvía a institucionalizar algo que parecía ya definitivamente superado que era la marginación del enfermo mental. Aunque esta opinión sirvió para paralizar una primera redacción del proyecto de plan que resultaba claramente regresivo, parece ser que no ha sido suficientemente eficaz para que la Comisión de Dirección manifestase las razones de la paralización del proyecto que la consejera de Salud había prometido terminar en el mes de diciembre del año 1998.
Por lo que sugiere la lectura del artículo mencionado, tampoco ha servido para hacer a Arthur Andersen que a sus responsabilidades de asesoría no le corresponde ser ahora el impulsor "político" del modelo a seguir para alcanzar la deseada integración de la asistencia psiquiátrica en la Asistencia Sanitaria General.- . Jefe del servicio de Psiquiatría del hospital La Princesa.
