El juez deja en libertad a 18 de los 48 detenidos en Melilla
Un total de 18 de los 48 detenidos en Melilla en la operación Solarium 120 contra el blanqueo de dinero procedente del narcotráfico, es decir todos los que han declarado hasta la fecha ante el juez Juan del Olmo, de la Audiencia Nacional, han sido puestos en libertad, 15 con fianzas que oscilan entre los tres y los 15 millones de pesetas y tres sin ellas. Todos los arrestados fueron trasladados desde la ciudad autónoma hasta Madrid en un avión Hércules, de las Fuerzas Armadas. Sus derechos se les leyeron ya cuando se encontraban en el autobús que los llevó desde el aeropuerto hasta la Dirección General de la Guardia Civil, donde varios fueron puestos directamente en libertad sin cargos.
El instituto armado se hizo cargo del pasaje de vuelta en avión de todos ellos, excepto uno, que prefirió regresar a Melilla en autobús y barco. Uno, de 71 años, incluso agradeció a los agentes la oportunidad de haber viajado en avión, puesto que era la primera vez que lo hacía y, dada su edad y su nivel económico, nunca habría podido pagar el billete.
Bocadillos de chorizo
Mientras tanto, los presuntamente menos implicados iban pasando a disposición del juez Del Olmo, que, tras tomarles declaración, les iba dejando en libertad, a algunos de ellos ya de madrugada. Para cenar se les habían proporcionado bocadillos de chorizo. Claro que los detenidos, en su mayoría musulmanes, los rechazaron. Como sustitutivo y a falta de otros alimentos, comieron pistachos y patatas fritas. Finalmente, se ha comunicado a Instituciones Penitenciarias su situación y religión para que les prepare la dieta adecuada, teniendo en cuenta además que uno es diabético. Los que fueron puestos en libertad sin cargos en la Audiencia Nacional no tenían dinero para volver a Melilla o Marruecos, de donde proceden algunos, y esperaban que su familia les remitiese algo de dinero. El juzgado no les facilita pasaje, puesto que el Ministerio de Justicia no tiene presupuesto para esa finalidad.
La mayoría ha negado la existencia de una banda organizada. Simplemente, habían aceptado figurar como propietarios de un dinero que no era suyo a cambio de una comisión. Ésos han quedado en libertad bajo fianza. El caso más lamentable es el de un marroquí que fue a la tienda de ultramarinos de la familia Talento, en la que se cambiaba dinero, pero que también funciona como farmacia, precisamente a comprar medicinas. Ayer esperaba en un pasillo de la Audiencia a que le llegue dinero para volver a casa.
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