Récord del deporte femenino en Estados Unidos
90.000 personas llenarán el estadio en la final del Mundial de fútbol
Casi 90.000 espectadores, un récord absoluto en EEUU de asistencia a un acontecimiento deportivo femenino, animarán hoy (una de la tarde, diez de la noche hora peninsular española) al equipo estadounidense de fútbol, que se enfrenta a China en la final del Campeonato Mundial. En China se prevé que sigan el partido por televisión 100 millones de personas (casi un 10% de la población). El estadio Rose Bowl de Pasadena, en California, al que también asistirá el presidente Bill Clinton, será escenario de un choque que es la guinda de un fenómeno de fascinación y respaldo que galvaniza a EEUU desde hace dos semanas. Estados Unidos ha ganado -con buen juego, aunque desordenado, y con el coraje y la fortuna de las jugadoras- a Brasil, Alemania, Nigeria, Corea del Norte y Dinamarca. China, que destrozó en semifinales por 5-0 a Noruega -las campeonas mundiales de 1995- ha dejado por el camino a Rusia, Australia, Ghana y Suecia. En cuanto al historial reciente de los encuentros entre los dos equipos, China y EEUU se han enfrentado tres veces este año y en dos ocasiones ha ganado China. En los tres partidos -uno en Portugal, dos en EEUU- el resultado ha sido el mismo: 2-1.
"Vamos a jugar al fútbol estilo americano, es decir, muy agresivamente, tratando de hacernos con el encuentro desde el primer momento". El entrenador, Tony DiCicco, cree que los dos equipos van a matarse en el campo porque han descansado los últimos cinco días: "Va a ser una batalla clásica entre dos equipos muy buenos". La entrenadora china, Ma Yuanan, no se queda atrás en cuanto a confianza: "Creo que contra las norteamericanas podemos jugar mejor todavía de lo que hemos hecho hasta ahora".
¿Cómo son los dos equipos? Durante el campeonato, las chinas han marcado 19 goles y han encajado sólo dos. Las norteamericanas han llegado 18 veces a la red contraria, pero han recibido cuatro tantos. Las dos porteras son espectaculares: Brian Scurry -"soy la mosca en la leche", dice ella, para recordar que es la única negra del equipo- salvó a EEUU en el partido contra Brasil. Gao Hong es conocida como La gran muralla china, porque lo para todo. Las dos soñaron un día con ser estrellas del baloncesto. Scurry es seria, y regaña a su defensa cuando la dejan vendida. Hong es la cara alegre de la selección china, la única que responde, encantada, a los periodistas y que ya ha hecho saber que le gustaría vivir y jugar en EEUU.
Las defensas son muy distintas. La norteamericana es potente pero irregular. Pero Chastain tiene tendencia a unirse a la ofensiva del equipo y a dejar importantes agujeros atrás. Seguramente es el talón de Aquiles del equipo. En cambio, la defensa china trabaja con gran disciplina, y es es una línea muy complicada de atravesar.
Delante es donde se supone que estará el espectáculo, individualizado en la comparación entre dos estrellas: la norteamericana Mia Hamm y la china Sun Wen. Sun Wen está en plena forma: ha marcado siete goles en este campeonato y es la columna vertebral de su selección. El problema con Mia Hamm, pilar del equipo estadounidense y la jugadora que más ha enamorado a sus compatriotas, es que está agotada y que atraviesa una racha de sequía goleadora en los tres últimos encuentros. Su entrenador confía en que hoy lo superará, y lo mismo esperan los millones de norteamericanos que han depositado todas sus ilusiones en el equipo.
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