BNV-UV: incompatibilidad de caracteres

El reciente descalabro electoral de Unión Valenciana ha animado en ciertos sectores del partido regionalista una reflexión sobre la posibilidad de unir fuerzas con otras formaciones políticas de carácter valencianista para salvar un espacio político que ahora carece de presencia. La idea es cíclica. La convergencia entre los grupos más o menos nacionalistas de distinto pelaje no se ha concretado nunca, pero está avalada por la aritmética. Los diversos movimientos aglutinados en el Bloc Nacionalista Valencià lograron sumar algo más de 100.000 votos en las pasadas elecciones autonómicas en coalición con Els Verds. Unión Valenciana obtuvo un resultado muy similar. Ninguno de los dos frentes logró superar el listón del 5% del voto autonómico imprescindible para obtener representación en las Cortes. Sin embargo, unidos, habrían superado el 9% del voto y podrían haber constituido un poderoso grupo parlamentario, más importante, por ejemplo, que el que ha constituido Esquerra Unida. Pero la aritmética tropieza con la realidad política. La incompatibilidad de caracteres entre los votantes regionalistas y nacionalistas sustentaría a las claras un divorcio y, por lo mismo, es la peor carta de presentación para una tentativa de matrimonio. Según estudios sociológicos elaborados por la Generalitat, los votantes de Unión Valenciana se consideran centristas en su gran mayoría (57%). Un amplio 30% se divide a partes iguales entre las opciones de centro izquierda y centro derecha. Finalmente, cerca de un 12% se sitúa en la izquierda y apenas un 1% se define como votante de la derecha. La heterogénea distribución ideológica de Unión Valenciana tropieza con una sorprendente fidelidad de los votantes de la Unitat del Poble Valencià - grupo de referencia del estudio- a la opción de izquierdas. Algo más de la mitad de los votantes de la UPV, el grupo nacionalista mayoritario en el seno del Bloc, se declaran de izquierdas. Algo más del 20% se sitúa en el centro izquierda, mientras que el 30% restante se ubica en el centro. La intersección ideológica entre los electores regionalistas y nacionalistas es débil, pero la percepción que unos tienen de otros destroza cualquier ámbito común. La mitad de los votantes de Unión Valenciana consideran que UPV representa una opción de izquierdas. La otra mitad sitúa a los nacionalistas a partes iguales en el centro izquierda o el centro. Sin embargo, cerca del 60% de los votantes nacionalistas consideran que Unión Valenciana representa una opción de derecha y un 20% ubica a los regionalistas en el centro derecha. Por orden de importancia, sorprende que cerca de un 10% de los votantes de UPV consideren de izquierda la opción política que representa Unión Valenciana. Parece que la indefinición ideológica que sienten los votantes regionalistas se proyecta así hacia el resto del electorado. Otro punto de desencuentro aparece cuando los votantes optan entre su condición de españoles o de valencianos. La mayor parte de los seguidores de Unión Valenciana aseguran sentirse tan valencianos como españoles. Una proporción menor se identifica como más valenciana que española. Pero llama la atención que en ningún caso los votantes de Unión Valenciana opten por definirse exclusivamente como valencianos, mientras que en una proporción exigua sí se definen como exclusivamente españoles. Entre los nacionalistas el grupo más numeroso se define por comparación más valenciano que español. Pero los votantes de UPV en ningún caso se consideran españoles ni más españoles que valencianos. Su segunda opción resulta ser reconocerse como exclusivamente valencianos.