Rechazo a un posible acuerdo con Mercosur por temor a una avalancha de importaciones
El sector agrario español ha manifestado su radical oposición a un acuerdo rápido de la Unión Europea con Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay) y Chile para el establecimiento de una zona de libre comercio que afectaría especialmente a las producciones agrícolas. Las organizaciones españolas ASAJA, COAG y UPA afirman que no se oponen a la firma de acuerdos con terceros países si ello supone mejorar las condiciones de vida del campo en los mismos, pero declaran su total oposición a que los productos agrarios se utilicen como moneda de cambio político.
La balanza comercial agroalimentaria entre España y Mercosur y Chile tiene solamente una cobertura del 12%. En medios del Ministerio de Agricultura se coincide en la necesidad de suscribir acuerdos con terceros países para facilitar su desarrollo, pero cuidando de que los pactos no repercutan negativamente en el sector interior.El presidente de la Comisión de la Energía es consciente de que su nombramiento, el pasado mes de abril, en sustitución de Miguel Ángel Fernández Ordóñez, quien dimitió tras sus enfrentamientos con el Ministerio de Industria, ha sido acogido con cierta desconfianza. No obstante, asegura que el órgano supervisor del mercado energético seguirá siendo independiente en todas sus actuaciones. Para el secretario general de la organización agraria UPA, Fernando Moraleda, "los agricultores comunitarios no están dispuestos a que se perjudique a los pobres de los países ricos (los agricultores) en beneficio de los ricos de los países pobres (los operadores comerciales), que son quienes rentabilizan casi exclusivamente la apertura de las fronteras comunitarias".
En su opinión, no se ha demostrado que con los acuerdos suscritos anteriormente con otras zonas para aumentar las exportaciones hayan mejorado las rentas de los agricultores de esos países, mientras ese incremento de ventas sí ha hundido mercados comunitarios como el de ajos, carnes, tomates, frutas y hortalizas, vino o miel.
Según los datos de la Comisión, aunque se ha producido un crecimiento en los últimos años, Mercosur representa solamente el 3% del total de las exportaciones y las importaciones comunitarias. Tomando cifras referidas a 1996, el valor de las importaciones comunitarias procedentes del Mercosur ascendía a 14.865 millones de euros, frente a unas exportaciones de 18.500 millones de euros. Más del 60% de esas operaciones se realizan con Brasil. Ese mismo año las exportaciones de Mercosur a la UE suponían el 31% del total de sus ventas, mientras la Unión Europea era tambien el principal proveedor de esos países, con el 33% de sus importaciones. Por otra parte, de las exportaciones agrícolas totales de Mercosur, el 52,7% se colocaban en los países comunitarios, fundamentalmente oleaginosas y piensos, café, ganado, carne y derivados, frutas frescas y tabaco.
Frente a las críticas del sector agrario, en la UE se subraya que solamente entre el 9% y el 12% de las importaciones procedentes de Mercosur están constituidas por productos agrícolas sensibles, cuya liberalización plena no se producirá hasta el final del futuro acuerdo, razón por la cual no habría problemas para avanzar en este compromiso.
Actualmente, del conjunto de los productos agrarios de Mercosur con posibilidad de ser exportados a la UE cereales, carnes y azúcar tienen unas duras barreras arancelarias que dificultan su acceso al mercado comunitario. Otras producciones como miel, vino, frutas y hortalizas tienen una débil protección en frontera, lo que facilita en este momento su entrada, mientras productos como tabaco, legumbres, oleaginosas y algodón están ya plenamente liberalizados. Las principales preocupaciones se centrarían en cereales, carnes, azúcar, peras y manzanas.
En el conjunto de la UE, si se produjera en este momento la total apertura de fronteras -con la consiguiente bajada de precios-, Bruselas debería apoyar al sector agrario con 1,6 billones de pesetas, de los cuales entre 100.000 y 250.000 millones de pesetas deberían abonarse al sector agrario español especialmente para carne de ovino, vacuno y frutas y hortalizas.
Uno de los mayores impactos negativos los sufrirían los cereales franceses o el vacuno en el conjunto de la UE, y de ahí el recelo francés al compromiso en la reciente cumbre de Río de Janeiro, mientras la Administración española -también con graves riesgos- aparece como la principal impulsora del acuerdo.
En lo que afecta a España, según los datos referidos a 1997, el valor de las importaciones de productos agroalimentarios de Mercosur y Chile ascendía a 237.500 millones de pesetas, de los que 113.000 correspondían a Brasil. En el mismo periodo, el valor de las exportaciones de España a esos mismos países fue de 28.464 millones de pesetas, lo que supone sólo una cobertura del 12%.
Las exportaciones de productos agroalimentarios desde esos países a España suponen solamente el 9% del total, mientras las ventas de productos españoles en los mismos significan solamente el 1% para este sector.
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