El Congreso de EE UU aprueba una ley que permite vender el historial médico de los pacientes
Un banco podrá tener acceso a datos sanitarios de sus clientes en poder de las aseguradoras
Las aseguradoras médicas de EE UU podrán compartir con los bancos el historial clínico de sus pacientes. Un banco podrá así saber si un cliente padece una enfermedad terminal antes de conceder o denegar un crédito. La mayoría republicana del Congreso ha logrado imponer una propuesta que en la redacción que defendían los demócratas era sensiblemente más restrictiva. Salvo que la ley reciba el veto de Bill Clinton, se pondrá fin a la prohibición a las alianzas entre empresas financieras dedicadas a ámbitos diferentes y se abrirá la vía al intercambio dentro de un grupo de datos de los clientes.
Semanas de intenso debate culminaron en la noche del jueves con la aprobación de una ley que reorganiza por completo la industria financiera de EEUU. Es la primera revisión a fondo de las leyes que regulaban el sector desde la Depresión de los años 50. La legislación adoptada entonces impedía la fusión de empresas financieras dedicadas a ámbitos diferentes; a partir de ahora una compañía de seguros podrá poner en marcha una empresa de créditos o podrá aliarse con una entidad bancaria. Junto con los nuevos parámetros financieros la ley incluye un apartado en el que se hace referencia a la privacidad de los datos de los consumidores. La ley impide la divulgación de datos privados de los clientes "a empresas exteriores" pero no limita el trasvase de esa información entre compañías del mismo grupo empresarial. Si un conglomerado tiene aseguradoras médicas y compañías financieras, los datos médicos y económicos de pacientes y clientes irán en ambas direcciones.
El historial médico de un paciente podrá ser duplicado en los archivos de las financieras que estén bajo una misma agrupación empresarial. La ley sólo prohibirá el comercio o la venta de esa información a terceras compañías, especialmente las dedicadas al telemárketing.
Paradójicamente esta propuesta republicana, redactada por el congresista Greg Ganske, que es también médico, fue presentada como la primera iniciativa seria para el control de la información privada de los ciudadanos. A nadie se le escapa que Ganske es uno de los peones del lobby bancario en el Capitolio. Este sector ha sido el primer impulsor de la ley.
Según Ganske la nueva ley permitirá agilizar el pago de facturas, incluidas las médicas, de forma que pueda pagarse "una prueba genética con una tarjeta de crédito". Para eso, en palabras de Ganske, "hace falta información".
Las compañías podrán compartir nombres, teléfonos, direcciones, fechas de nacimiento, datos de operaciones bancarias (es decir, hábitos comerciales) e información médica. La redacción de la ley también permite el empleo de los datos clínicos de los pacientes para proyectos de investigación, pero no obliga a que esas investigaciones sean del ámbito médico. Tampoco se establece ninguna restricción en el uso de la información compartida ni se hace distinción alguna entre una información crediticia o un historial médico.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.