Clinton presiona a las partes para que lleguen a un acuerdo
Pasada la medianoche de ayer y una vez que finalizó el plazo fijado para que los partidos norirlandeses alcanzasen un acuerdo sobre el desarme terrorista y la formación de un Gobierno autónomo en el Ulster, el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, manifestó su creencia en que las negociaciones se prolongarían durante toda la madrugada. Clinton, de visita en Chicago (Illinois), donde asistió a un partido de béisbol, dijo que se había entrevistado por teléfono con el primer ministro británico, Tony Blair, durante las conversaciones entre protestantes y católicos del Ulster. "Estamos en contacto telefónico con las diferentes partes y espero realizar otras llamadas telefónicas en las próximas horas. Esto puede durar toda la noche [en Estados Unidos]", afirmó el presidente estadounidense. "Creo que vamos a trabajar hasta tarde", añadió Clinton.
En abril de 1998, en vísperas de que se cerrara el Acuerdo de Stormont, el presidente de Estados Unidos realizó una serie de llamadas telefónicas en paralelo para hablar con los protagonistas de las conversaciones. Algunas de ellas se produjeron en las últimas horas del plazo que Blair había fijado entonces para mantener abierto el diálogo. Fuentes del Gobierno de Londres reconocieron que Clinton estaba desempeñañdo de nuevo anoche un importante papel.
Anteriormente, a pocas horas de que venciese el plazo fijado para cerrar un acuerdo en el Ulster, Clinton pidió a todos los partidos norirlandeses que dieran una "oportunidad a la paz" y afirmó que estaba dispuesto a hacer "todo lo posible" para alcanzar ese objetivo. Clinton, que ya apadrinó hace 14 meses el éxito del Acuerdo de Viernes Santo -intervino directamente entonces para vencer las últimas resistencias-, intenta apoyar ahora los esfuerzos del primer ministro británico, Tony Blair, para desbloquear las conversaciones.
Salvar el acuerdo de paz
En declaraciones a la prensa, el presidente de Estados Unidos reconoció que estaba siguiendo de cerca las negociaciones para salvar, mediante un compromiso entre los representantes de los partidos republicanos y unionistas, el acuerdo de paz vigente en Irlanda del Norte. "Tengo una gran esperanza", aseguró Clinton, quien recordó que los irlandeses aprobaron el Acuerdo de Viernes Santos en referéndum. En su opinión, lo que ya han votado los ciudadanos de toda la isla, "sigue siendo una buena solución".
"Pero hay que dar una nueva oportunidad a la paz", advirtió. "Si alguna de las partes no cumple en el futuro las condiciones [fijadas en el Acuerdo de Stormont], incluida la del desarme, en los plazos previstos, el acuerdo podría quedar revocado", agregó, "aunque no hay por qué enterrar el pacto antes de que se haya producido un fracaso".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.