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Los guerristas se plantean constituirse en una corriente si Almunia les excluye de la consulta

Anabel Díez

La exclusión de los guerristas de la ronda de consultas para elegir al candidato a la presidencia del Gobierno llevaría a este sector a formar una corriente en el partido, según advirtió ayer el presidente de la Junta de Extremadura. Juan Carlos Rodríguez Ibarra le dijo cara a cara al secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, que él no le parece el candidato idóneo para ganar, a pesar de que le reconoce cualidades suficientes para ser un buen jefe del Ejecutivo. Ibarra dejó sobre la mesa los nombres de Alfonso Guerra, Francisco Vázquez y Rosa Díez, por este orden, como posibles candidatos, y pidió a Almunia que no dé por agotadas las consultas con las reuniones que está celebrando con los barones, sino que abra una segunda ronda con dirigentes de importante referente en el partido, como Guerra, Felipe González, Alfredo Pérez Rubalcaba y José Luis Corcuera.

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Las consultas que ayer mantuvo Joaquín Almunia para conocer la opinión de los dirigentes de su partido sobre quién debe ser el candidato a la presidencia del Gobierno convergieron un día más en él mismo. Hasta ahora, una docena de secretarios regionales, de 19, se han decantado a favor de que el cabeza de cartel sea Almunia. La única excepción es Rodríguez Ibarra, con quien ayer el secretario general mantuvo la reunión más larga que hasta ahora ha tenido en esta ronda de consultas. El presidente extremeño, que resaltó el afecto personal y político que siente por Almunia -incluso reconoció que podía ser un buen presidente del Gobierno-, señaló tras su entrevista con el secretario general que no lo había pasado bien porque no era "un trago de buen gusto" decir a alguien a quien se aprecia que no es el candidato adecuado. Pero al margen de las simpatías, Ibarra fue ante el secretario general a criticar el procedimiento establecido, por restrictivo, a hablar de las características que debía tener el candidato y a defender a una pléyade de políticos, con los que está unido por lazos amistosos, para que sean tenidos en cuenta.

Es cierto que Rodríguez Ibarra acabó hablando o advirtiendo de la posibilidad de que el grupo minoritario, esencialmente guerrista, pueda formar una corriente de opinión, pero también se desprendía de todo su relato, y de los testimonios de otros guerristas, que no llegarían a esto si son tomados en consideración, si son escuchados. Una y otra vez se preguntó Ibarra por qué es "demonizado" Alfonso Guerra, y pasó a relatar su punto de vista sobre las muchas cualidades políticas del ex vicesecretario general. "Si Guerra es el pasado, también lo son Felipe González y Joaquín Almunia, porque los tres entraron en el Gobierno en 1982".

Pasado y futuro

En otra versión posterior, dijo que "tan pasado y tan futuro es Guerra como Almunia". A los excluidos sólo les empuja a dos opciones: irse a casa o constituirse en corriente. Como él no quiere lo primero, estaría por la labor de ayudar e incluso encabezar ese grupo, aunque sin determinar si lo haría de forma estatutaria, situación que sólo existe en Izquierda Socialista. Dirigentes guerristas afirman que todo iba bien hasta que Felipe González intervino en el Comité Federal y dijo que no hacía falta que hubiera consenso en torno al candidato. De las conversaciones informales de ayer y de estos días en los pasillos del Congreso se extraen distintas conclusiones y algunas un tanto contradictorias. Bastantes guerristas acaban reconociendo que Joaquín Almunia tiene mucha valía, pero argumentan que no les gusta haber pasado del sistema de elecciones primarias -pese a que en su momento tampoco había gustado a los guerristas-, en el que se contó con la opinión de casi 200.000 personas, a la consulta con sólo 19 dirigentes. Los guerristas tenían ayer preparada la respuesta a la evidencia de que el pasado domingo ellos también votaron a favor del procedimiento elegido para esta ocasión; es decir, que la ejecutiva proponga un nombre al Comité Federal, en lugar de celebrar nuevas elecciones primarias o un congreso extraordinario. Votaron eso, sí, pero ello no significa, a su juicio, que la consulta para llegar al consenso tenga que ser sólo con los dirigentes regionales, portavoces parlamentarios y la corriente Izquierda Socialista, sino que puede haber algunos contactos más. Aquí es donde Rodríguez Ibarra incluye los nombres de Guerra, González, Corcuera y Rubalcaba, capaces de llegar a "un mínimo común denominador".

El silencio de Rosa Díez

Pero las objeciones sólo vienen por ese lado, ya que el resto de los dirigentes del PSOE que han pasado por el despacho de Almunia no tienen dudas sobre la idoneidad del secretario general. Así lo expresaron ayer Joana Serna, presidenta de la gestora de los socialistas valencianos; Isidoro Esteban, de Aragón; Jesús Quijano, líder de los castellano-leoneses; Andreu Crespí, máximo dirigente de los socialistas de Baleares; y Jaime Lissavetzky, secretario general de los socialistas madrileños. El único sobresalto lo produjo la actitud de la responsable de los socialistas españoles en el Parlamento Europeo, Rosa Díez. Horas antes de que entrara al despacho de Almunia optaba por el secretario general, pero el hecho de que a la salida no quisiera hacer declaraciones, sino que convocará para mañana viernes un encuentro informativo, suscitó todo tipo de especulaciones, habida cuenta que Ibarra la había mencionado como posible candidata y que el propio Almunia, durante la campaña electoral, llegó a insinuar que Díez podría ser la cabeza de cartel. Mientras, en Huelva, el secretario general de los socialistas andaluces, Manuel Chaves -representante de la federación con mayor número de militantes y el primero en dar su apoyo público a Almunia- retaba de nuevo a los guerristas a presentar un candidato alternativo, "de una manera seria y formal, hasta el final, cuando elija el Comité Federal".

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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