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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Racismo

Soy libanés. Llegué a España hace 15 años y tengo nacionalidad española desde hace 5. Hace 4años puse un pequeño restaurante de comida libanesa en el centro de Madrid. Trabajé muchísimo para sacarlo adelante. Hice las obras de acondicionamiento que el Ayuntamiento me exigía y conseguí la licencia de apertura (esto, que se dice así de rápido, me costó mucho esfuerzo, tiempo y, por supuesto, dinero). Incluso desde antes de que el local se abriera al público, los vecinos del inmueble trataron de hacerme la vida imposible. Sé que sus motivos son racistas, por sus muchos comentarios en este sentido y porque personas que viven en la misma calle me comunicaron que mis vecinos habían pedido firmas en contra del local porque "los moros siempre traen problemas". Como no conseguían que el Ayuntamiento cerrara mi local, pues no incumplía ninguna normativa, acudieron a un abogado.

El juicio se celebró hace algunos meses. No es la primera vez que he visto el racismo en la gente desde que estoy aquí, pero hasta ahora creía que la justicia escapaba a ese tipo de prejuicios. Sin embargo, la sentencia pronuciada por la magistrada juez del Juzgado de Primera Instancia número 14 de Madrid, doña María José García Juanes, me ha demostrado que no es así. Esta señora ha declarado resuelto el contrato de arrendamiento del local en que trabajo y me ha condenado a desalojarlo. Así, sin más, nos echan a la calle a mí, a los camareros que tengo contratados y a todas las personas que directa o indirectamente comemos de este local. Y lo peor de todo no es que nos eche, sino en qué se ha basado para dictar esta sentencia: en su propia opinión, de cómo son unos hechos que no conoce, pues las licencias administrativas que el Ayuntamiento (organismo competente) me concedió tras una minuciosa inspección no valen nada para ella.

¿Cómo puede saber, me pregunto, que efectivamente mi local produce humos y olores si el Ayuntamiento y el informe de un perito industrial certifican y demuestran que no es así y ni ella ni ninguna otra persona enviada por el juzgado ha estado jamás en mi local? ¿Cómo puede un juez redactar una sentencia en la que hay frases como "es razonable pensar que tal negocio conlleva para dichos vecinos una notoria incomodidad"? Yo creía que los jueces se basaban en pruebas firmes.

No puedo dejar de pensar que, si en vez de Abdallah me apellidara Vázquez o López, esto no hubiera ocurrido.-

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